Pese a los avances realizados en la lucha contra el hambre, 842 millones de personas en todo el mundo siguen siendo víctimas de falta de alimentos y de desnutrición crónica, concluyó la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su informe anual presentado hoy en Roma.
Los afectados por el hambre se han reducido en 26 millones respecto al año pasado, pero la cifra de quienes sufren malnutrición se ha mantenido estable en una octava parte de la población mundial. Sin embargo, respecto al periodo 1990-92, la cifra de las personas que sufren hambre de forma continuada en el mundo se redujo en un 17 por ciento, según la FAO.
La región del mundo con más gente que padece hambre continúa siendo el África subsahariana (24,8%), según el informe. La gran mayoría de personas que pasan hambre viven en países en desarrollo, mientras que unos 15,7 millones se encuentran en los países desarrollados, calculan los expertos de la FAO.
Las regiones en desarrollo especialmente afectadas por el hambre hicieron progresos en la lucha contra la desnutrición para alcanzar los “objetivos del milenio” de la ONU. Sin embargo, las diferencias entre regiones siguen siendo grandes y siguen necesitándose ingentes e inmediatos esfuerzos para poder acaba con el hambre y la pobreza en amplias partes del mundo.
Apenas avanza por ejemplo la lucha contra el hambre en el África subsahariana y en amplias partes de Asia, según el informe de la ONU. Al contrario, se produjeron importantes progresos a la hora de reducir el número de personas que no tienen suficiente que comer, o nada, en el sureste asiático y en Latinoamérica.
Los políticos pueden ayudar de numerosas maneras, recuerda la organización de la ONU. Así, se debe mejorar la producción agrícola, sobre todo mediante el apoyo a los pequeños agricultores.El crecimiento económico puede aumentar los ingresos para alimentar a la población, pero en los países pobres el hambre y la pobreza sólo podrán combatirse de forma efectiva si ese crecimiento se mantiene y si beneficia a amplias capas de la población. La FAO llama también a los gobiernos a crear empleo sobre todo en las zonas rurales.
Importante es además elevar los ingresos de las familias más pobres con políticas sociales, para que puedan tener acceso a alimentos. Para los expertos, es clave en la lucha contra el hambre que los gobiernos prioricen la seguridad alimentaria y la alimentación a largo plazo de su población.
El mundo observa indiferente como el mundo muerte de hambre poco a poco.