Estados Unidos y la Unión Europea mantienen actualmente las relaciones más hostiles con Rusia desde la Guerra Fría. La situación comenzó en agosto del año pasado, cuando Obama responsabilizó al presidente sirio Bashar al Assad, aliado de Putin, de haber usado armas químicas contra miles de ciudadanos en la capital, Damasco. Más tarde, en marzo de este año, Rusia invadiría Ucrania y anexaría a su territorio la península de Crimea con fines militares y energéticos a consecuencia de las muestras interés en cooperar comercialmente con la Unión Europea que diera el presidente de aquél país. En respuesta, la Unión Europea aplicaría castigos económicos a Rusia y evitaría la compra de sus productos.

Más tarde, de vuelta a Medio Oriente, el grupo fundamentalista ISIS declararía la guerra a los gobiernos de Irak y Siria para anexar sus territorios al recién nacido Califato del Estado Islámico. Tras el asesinato de dos estadounidenses por parte de ISIS y en vísperas del aniversario del atentado del 9/11, Obama anunció ayer su estrategia para atacar al Estado Islámico tanto en tierras iraquíes como sirias. Rusia advirtió que sin la aprobación del consejo de seguridad de la ONU, bombardear Siria sería “un acto de agresión” que habría de tener serias consecuencias.

¿Cómo responderá Estados Unidos ante las advertencias de Rusia?, ¿cómo defenderá Obama sus intereses energéticos en Irak si luchar contra el califato de ISIS daría motivos a Siria y Rusia para acusarlo de invasor y agresor?, ¿cuántos morirán en una operación que obedece al conflicto entre dos superpotencias?

En Ucrania, la tensión también crece. En el este del país, habitado por una mayoría de origen ruso, varias regiones iniciaron movimientos separatistas para obtener su independencia y, posteriormente, unirse a Rusia. Los soldados rebeldes han mantenido una lucha sangrienta con el ejército oficial, comandado por el presidente Petro Poroshenko. El gobierno de Ucrania ha acusado a Rusia de apoyar a los rebeldes y de mandar elementos de su ejército más allá de sus fronteras. Putin lo niega y, por su parte, acusa al gobierno ucraniano de haber derribado el avión Malayo en tierras rebeldes en julio pasado.

Lo cierto es que Rusia ha iniciado una serie de castigos al gobierno de Ucrania y también al de Polonia por apoyar a éste último. El día ayer, al mismo tiempo que Europa anunciaba que dejaría de comparar una serie de productos rusos, el gobierno de Putin redujo 24% el suministro de gas a Polonia y contempla la posibilidad de realizar un corte total a Ucrania. Europa debería temer: tan sólo Alemania depende en un 40% de los energéticos rusos. En tono amenazante, el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, calificó como un”error estratégico y de cálculo las sanciones económicas de Europa.

Mientras Estados Unidos y la Unión Europea entablan una guerra económica y política directa con Rusia, al tiempo que mantienen un conflicto armado indirecto a través de Siria e Irak, las tragedias continúan en Medio Oriente y Europa del Este: el desabastecimiento de alimentos y gas, así como la migración en masa y las muertes cada vez más numerosas en ambas regiones revelan que el poder es, para ellos, más importante que la paz.

@plumasatomicas

Vía: BBC, RT, El Universal

 

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