Nuestra lectora venezolana V-18.825.414 nos manda un texto en que manifiesta su preocupación ante la criminalización de la protesta en Venezuela. “Hasta que no haya una respuesta coherente y respetuosa por parte del presidente hacia los ciudadanos, el pueblo venezolano continuará manifestándose por sus derechos”, afirma.
Gracias por el espacio, Sopitas.
De un tiempo para acá es imposible pensar en Venezuela sin que se venga a la mente su difícil situación política. Por años hemos visto cómo el gobierno y la oposición se han enfrentado por el control del país, llevándose en medio de su guerra política al pueblo, que es el que indudablemente sufre las consecuencias. A lo largo de la última década la gente ha salido a la calle incontable número de veces para manifestar su apoyo a un partido político o a otro pero, en la actualidad, la situación ha tenido una escalada: la gente no sale a manifestarse en apoyo a un líder político, el pueblo está en la calle pidiendo soluciones a los grandes problemas que enfrenta el país, pero en vez de que el gobierno tome responsabilidad de la situación precaria que se vive, fruto de sus 15 años de “revolución”, este decide responder con balas, perdigones y bombas lacrimógenas.
Las exigencias del pueblo no son locuras ni parte de una estrategia para “desestabilizar” el país, como las califica el gobierno. Se trata de demandas totalmente racionales dentro de una democracia: no más desabastecimiento, no más corrupción, no más delincuencia, no más represión, etc., es decir, se solicitan las bases dentro de las cuales se pueda llevar una vida digna, aquello que todo gobierno debe proveer.
Como venezolana, puedo decirles que a nadie le gusta dejar la comodidad del sofá para salir a la calle a respirar bombas lacrimógenas, ser golpeado, violado o detenido pero la realidad de Venezuela es tan cruda y violenta que quedarte sentado en casa y hacerte de la vista gorda, no es una opción. Lo es aun menos tras ver cómo son violados los derechos constitucionales y humanos de los manifestantes (en su mayoría jóvenes estudiantes). Por eso, cada día más gente se suma a las protestas: no por una ideología política ni por un bando, sino por la indignación de ver los actos opresores de las instituciones que están allí, en primera instancia, para cuidar de nosotros.
Lo que comenzó como una pequeña protesta en una ciudad por el intento de violación de una estudiante dentro de una universidad, se convirtió en un movimiento nacional precisamente por la manera violenta e inconstitucional con la que reaccionó el gobierno, apresando y agrediendo a los estudiantes. La indignación y preocupación hizo que la ciudadanía saliera alrededor del país para solicitar la libertad de los presos pero el gobierno, una vez más, decidió responder con violencia. Durante el primer día de manifestaciones en Caracas, 3 personas resultaron muertas al recibir las balas que agentes policiales dispararon hacia la manifestación pasiva. Se trataba de dos estudiantes y un oficialista.
Al día siguiente, la represión a medios se hizo sentir con el cese de la transmisión del canal colombiano NT24 al interior de Venezuela. NT24 era el único medio televisivo que daba información alternativa a la oficial en torno a las manifestaciones. La represión se haría aun más obvia con el bloqueo a Twitter, uno de los pocos medios con los que se podía establecer una red de información ciudadana. Entre tanto, los manifestantes soportaban los abusos de la Guardia Nacional y los paramilitares.
Día tras día, el gobierno ha llevado a cabo actos no sólo represores, sino inconstitucionales en Venezuela y, mientras la cantidad de heridos, muertos, torturados y desaparecidos aumenta, también lo hace la cantidad de gente que sale a manifestar su descontento.
Lo que pide el pueblo son soluciones y respuestas. Lo que busca el pueblo es un país con oportunidades y respeto para sus ciudadanos. Lo que sueña el pueblo es un país libre y estable. Nada de esto se logrará con tanquetas militares ni con el injusto encarcelamiento de activistas políticos y manifestantes. Está claro: hasta que no haya una respuesta coherente y respetuosa por parte del presidente hacia los ciudadanos, el pueblo venezolano continuará manifestándose por sus derechos.
Como venezolana, sólo puedo esperar que el ego y la ambición sean derrotados por la esperanza y las acciones del pueblo organizado. Venezuela fue una vez un país en progreso y espero que vuelva a serlo, no a través de un dirigente, sino por la unión de sus ciudadanos que son los que siempre han sabido responder ante la tiranía y la injusticia.
V-18.825.414