“No hay un modo fácil de decirle adiós a un amigo, especialmente cuando te ha apoyado en tus momentos más difíciles”
Cuando tenía 24 años, Ben Moon se mudó a Portland (Oregon) con su pareja. Ahí, ella lo convenció de adoptar un perro en algún refugio, y después de buscar, dieron con un cachorrito, mezcla de husky y pitbull que cuando los vio ladeo la cabeza y soltó un pequeño ladrido.
Ben y su pareja no lo pensaron más, se lo llevaron a casa y lo llamaron Denali. Esto ocurrió en noviembre de 1999 y desde entonces nació una bella historia de amistad entre Moon y su perro.
Debido a que Ben es fotógrafo -además de que hace yoga y surf- constantemente viajaba por el mundo y casi siempre iba acompañado por su perro, al que contagió de su espíritu aventurero. Incluso cuando su amo tuvo que luchar en el 2004 contra un cáncer colorrectal, Denali permaneció junto a él y no se movió de su cama.
Al recuperarse, Ben y Denali continuaron su vida de aventuras por varios años más. Desafortunadamente en el 2014 a Denali se le diagnosticó cáncer. Sabiendo la edad avanzada que tenía su perro, Ben llevó a su amigo de toda la vida a recorrer algunos de los lugares que habían visitado juntos, sobre todo aquellos donde había mar. Después de ese último bello viaje, Denali murió a los 14 años y medio de edad.
A modo de homenaje, Moon realizó un pequeño corto con varias escenas de sus últimos viaje, pero vistos desde el punto de vista de Denali.
El resultado es un documental conmovedor que ha ganado varios premios en distintos certámenes y que se volvió muy popular, siendo visto por cerca de siete millones de personas en los últimos meses. Si tienen o han tenido un perro, seguro les llegará al corazón:
Poco amores son así de incondicionales.