¿Eres el típico amargado que odia la Navidad y piensa que eso de los milagros en esta época es pura jalada? Pues nosotros creíamos lo mismo hasta que nos topamos con esto…
Imagina que estás por abordar un vuelo, y en lo que estás en la sala de espera, tienes la oportunidad de decirle a Santa Claus (bueno, aún señor vestido como Santa Claus) lo que te gustaría recibir en Navidad. Después abordas tu avión y cuando llegas a tu destino, en lugar de tu equipaje recibes lo que habías pedido unas horas antes.
Esto que parece el guión de una película gringa de esas que pasan en Canal 5 el 25 de diciembre, en realidad le pasó a los tripulantes de un avión de la compañía canadiense WestJet, que por medio de esta original dinámica le deseó una feliz Navidad a sus clientes.
Todo comenzó en el Aeropuerto Internacional de Toronto, para ser más exactos en la sala de espera de esta aerolínea, en donde la gente pasaba su pasaje por un escáner y en una pantalla gigante aparecía un Santa Claus azul (por aquello de los colores de la compañía aérea) que los llamaba por su nombre y les preguntaba qué regalo querían de Navidad. Unos se veían muy modestos y otros de plano pedían cosas caras, total, soñar no cuesta nada.
Luego llegó la hora de salida del vuelo y los viajeros pronto olvidaron su encuentro con Santa. Sin embargo, mientras viajaban a la ciudad de Calgary, no imaginaban que cerca de 150 empleados de WestJet trabajaban a marchas forzadas para lograr que el milagro navideño se consumara en tiempo y forma.
Esto fue lo que pasó cuando los pasajeros llegaron a su destino:
¡Zas! Imaginen la de topes en la pared que debieron darse aquellos que pidieron algo sencillo como calcetines o la Paz del Mundo.
Moraleja: Siempre que les pregunten qué quieren de regalo ¡pidan lo más caro que se les ocurra!, en una de esas y también se les cumple el milagro navideño.
(Lo malo es que en México las empresas no le regalan a sus clientes ni una bolsita de colación).
