Después de la épica presentación de Los Caifanes en el escenario principal del Vive Latino, el ambiente se quedó hirviendo y el público de este festival -que sin lugar a dudas es uno de los más exigentes de todos los festivales que existen en el país- clamaba por un cierre de jornada igual de legendario.
La tarea no era fácil, pero al quite entró uno de los proyectos más influyentes en la historia de la música mexicana: Nortec Collective -ahora conformado únicamente por Ramón Amezcua “Bostich” y Pepe Mogt “Fussible”. Tal vez no sea el lugar adecuado para enlistar las razones por las que este dúo originario de Tijuana es tan importante en nuestra música, pero podemos resumir todo al decir que ellos son los artífices de un movimiento de música electrónica de avanzada que hizo visible al mundo lo que se está haciendo en México.
Minutos antes de que dieran las 11 de la noche, las luces del escenario Indio se volvieron a encender para mostrar la escenografía de Nortec para este concierto: un par de pedestales con de madera con varias bocinas antiguas incrustadas. Al fin salieron Bostich y Fussible enfundados en elegantes trajes y no era para menos, la ocasión lo ameritaba ya que esta presentación fue la última como Nortec Collective en el Distrito Federal.
Unos bajos ensordecedores hicieron vibrar la explanada del escenario Indio que después empezó a estremecerse con los las secuencias techno disparadas desde los controladores del dúo fronterizo: bajos senoidales pulsantes, stabs análogos con el característico sonido moog, algunos sampleos distorsionados y beats cuatro por cuatro que caían como cascada. Todo en una progresión perfecta que sirvió para dar entrada a la banda norteña que acompaña a Bostich y Fussible: Bajo sexto, trompeta, acordeón y tuba, quienes aportaban fraseos sencillos pero altamente pegajosos.
Después de esta introducción que nos transportó al ambiente de un club nocturno en Tijuana -y la cual coqueteo por momentos con el IDM-, los hits de Nortec empezaron a caer uno a uno para deleite del público: “Tengo La Voz”, “Norteña Del Sur”, una versión alternativa de “The Clap”, la grandiosa “Radio Borderland”, “Tele VCO” y “Tijuana Bass”, todo acompañado de unos visuales, que con un de animación parecida al comic, mostraban imágenes de personajes, lugares y situaciones emblemáticas de la cultura de Tijuana. Mención honorífica merece el pequeño y sentido homenaje visual a las muertas de Juárez.
Este recorrido rápido por lo más representativo de la discografía de Nortec fue mezclado con maestría, como si fuera un set de house de la vieja escuela, con sus característicos bajones y subidas que desbordaban la emoción del público y lo ponía a saltar y bailar sin control -aunque fuera mojado en incontables ocasiones por líquidos que esperamos hayan sido cerveza desperdiciada-.
Después vino el momento climático de la noche: el grandísimo éxito “Tijuana Sound Machine” que literalmente reventó el Foro Sol y sin duda puso a temblar las colonias aledañas al Foro Sol. Tanto fue el furor que provocó esta canción que pocos se dieron cuenta que Bostich y Fussible ya habían bajado de sus pedestales, se habían puesto sus peculiares máscaras y estaban dispuestos a iniciar una coreografía diseñada para “Moda Makina”, la canción en la que colaboraron con Wolfgang Flür de Kraftwerk, quien con una aparición discreta cantó algunas partes de la canción con el efecto vocoder característico de la agrupación alemana.
El final del set de Nortec fue una improvisación con los controladores Push -diseñados para Ableton Live- en donde el dúo subió la velocidad y mezclo sampleos, secuencias y melodías de varias de sus canciones representativas como “Tijuana Makes Me Happy”, “One Night” y “Camino Verde”. Un final que puso a bailar a todos a pesar del cansancio y que significó la despedida de este proyecto de la capital del país.
Con “La Puerta Negra” de los Tigres Del Norte de fondo, Nortec Collective dio las gracias y se despidió del público que coreaba “Olé, olé, olé, Nortec, Nortec, Nortec”. Una fecha que habrá de marcar en el calendario, ya que los afortunados que tuvimos la oportunidad de estar ahí nos llevamos un pedazo de historia musical mexicana en los oídos.
Fotos por Mon Castro (@MonnCastro)