Esta es una historia breve pero conmovedora, que debería llevarnos a reflexionar sobre la forma en la que tratamos a los demás; trata sobre la carta de una niña a Santa Claus.
Ok… sabemos que apenas es septiembre, pero de acuerdo a CNN, Karen Suffern tuvo la idea de pedirle a sus hijos mellizos de 8 años que le escribieran una carta a Santa Claus con sus deseos para la Navidad. El contenido de la carta de su hijo Ryan la sorprendió, pues lejos de querer juguetes o artículos eléctricos, pidió lo siguiente para su hermana.
“Querido Santa Claus: Quería un auto y un helicóptero a control remoto, pero ya no. Los niños de la escuela siguen molestando a Amber y no es justo. Recé para que dejaran de hacerlo, pero Dios está ocupado y necesita tu ayuda”.
Amber padece sobrepeso, déficit de atención con hiperactividad y otros trastornos mentales que frecuentemente la vuelven el blanco de crueles burlas en la escuela Rocky Mount, de Carolina del Norte.
Tras esta carta, Ryan le contó a su mamá que sus compañeros de clase se burlan de ella porque no puede realizar correctamente los ejercicios de gimnasia e incluso le dicen que es adoptada.
“Todos los días, antes de ir a la escuela, me dice: ‘Mamá, ¿puedo quedarme en casa?’. Y ahora, cada vez que la mando a la escuela, siento que no la estoy protegiendo y que la estoy decepcionando”, comentó Karen.
¿Cuántas historias más de este tipo habrá en el mundo? Nos corresponde a todos como sociedad educar a las nuevas generaciones sobre lo importante que es respetarnos mutuamente sin importar nuestras diferencias.