Dicen que ‘quién las hace no las consiente’. Ese dicho aplicaría a esos padres de familia que en sus años mozos (y aun después) empinaron el codo con singular alegría, y ahora están preocupados de que sus vástagos les salgan igual o peores para la bebedera.

Para su tranquilidad, la ciencia está avanzando en la creación de un escáner que les ayudará a saber si su hijo será o no propenso a consumir alcohol en exceso.

Y es que hay que cuidar a la juventud. Uno como sea, ya pasó por esos años locos en los que se bebía cualquier alipus sin importar su procedencia, pero ahora nos corresponde cuidar a esas futuras generaciones y mantenerlas alejadas del maldito vicio. No olvidemos que el abuso en el consumo del alcohol en la adolescencia puede afectar el cerebro, que en esa etapa aun está en desarrollo.

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, en San Diego, y publicado en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs, hay patrones de la actividad cerebral de un adolecente que pueden servir para predecir si un joven tendrá problemas de alcoholismo en el futuro.

En las pruebas, los investigadores realizaron resonancias magnéticas a jóvenes de entre 12 y 16 años para obtener imágenes de sus cerebros. Al inicio de las resonancias, ninguno había comenzado a beber aun. Por tres años monitorearon los hábitos de vida de cada uno de ellos. Al final, los resultados mostraron que aquellos adolescentes que registraban menos actividad en ciertas zonas del cerebro, tenían más riesgos de volverse fans del chupirul.

“El resultado es interesante, pues sugiere que existe una cierta vulnerabilidad previa al consumo de alcohol”, afirmó Lindsay M. Squeglia, una de las autoras del estudio.

La publicación refiere que al comenzar a beber, la actividad cerebral de los jóvenes adquiría en automático patrones muy similares a los que tienen los adictos al alcohol. Así se acrecienta la idea de que el abuso etílico afecta el cerebro justo en el momento de su desarrollo, cuando se necesita un máximo rendimiento.

“Estás aprendiendo a conducir, preparándote para ir a la Universidad… Es un momento realmente importante para la vida y para tu desarrollo cognitivo”, añadido Squeglia.

Así, un escáner que reconozca estos patrones en la actividad cerebral, podría determinar si hay o no la tendencia a desarrollar gusto por el alcohol.

Por lo tanto, descarten eso de las malas amistades, los fracasos amorosos, o lo dura que es la vida como explicación de por qué alguien bebe. Todo está en el cerebro.

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