De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas en México, en lo que va del actual decenio en México hay 27 mil 176 personas reportadas como desaparecidas y hasta el momento no han sido localizadas.
Del total de personas desaparecidas la mayoría se reportan en el estado de Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Nuevo León, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas. El 73% son hombres y el 25% mujeres. Si hacemos la cuenta, estas cifras implican un promedio de 22 desaparecidos por día.
En este contexto, cientos de madres se levantan con la esperanza de encontrar a sus hijos, toman una pala y salen a buscar a sus seres queridos y a los de miles de familias en México,
La historia de Cecilia, líder de Madres Buscadoras de Sonora
Cecilia Patricia Flores Armenta ha buscado por años a dos de sus hijos que desaparecieron en Sinaloa y en Sonora en 2015 y 2019, respectivamente: Alejandro Guadalupe y Marco Antonio. Cuando Alejandro desapareció se hicieron las respectivas denuncias pero las investigaciones, como sucede en muchísimos casos, se estancaron y no avanzaron.
El coraje y la desesperación de una madre por encontrar a su hijo la llevó a salir, con sus propios medios, a buscarlo. En el camino se unieron más y más madres que estaban en la misma situación. La búsqueda de sus seres queridos se convirtió en la búsqueda de los seres queridos de miles de familias en México. Así es como nace el colectivo de Madres Buscadoras de Sonora.
“Porque nosotras no queremos irnos de este mundo sin haber traído a nuestros hijos a casa“, afirma Ceci.
Madres Buscadoras de Sonora tiene un chat que sirve para organizar los días de búsqueda. Aunque muchas veces reciben reportes anónimos de la posible localización de restos humanos, el colectivo ya tiene identificados algunos puntos de búsqueda.
Con días de anticipación el colectivo determina el punto en que se hará el trabajo de campo, determinan un horario, además de que piden apoyo de las autoridades para que acudan con acompañamiento de las fuerzas de seguridad.
Hay días en que Ceci duerme muy pocas horas. Cuando regresa a su hogar, por las noches y ya está en su cama dormida o a punto de dormir, recibe mensajes con posibles puntos de búsqueda, contesta llamadas de madres desesperadas que le piden ayuda para encontrar a sus hijos, etc.
Todos los días despierta con la esperanza de encontrar a sus hijos, desayuna, se viste con la playera blanca que tiene las fotos de sus hijos por enfrente y el logo del colectivo por detrás, y sale. Sale a buscar a quienes desaparecieron y no han podido regresar a casa.
Cuando el colectivo tiene el punto exacto en donde podría encontrarse un desaparecido, la búsqueda generalmente da resultados positivos en menor tiempo. Pero cuando no se tiene el punto exacto, la búsqueda comienza con una exploración muy amplia en el terreno que muchas veces toma horas de estar bajo el sol, de no tomar agua, de dejar todo por encontrar los restos de alguien.
Hace poco Madres Buscadoras viajó a Jalisco para colaborar en la búsqueda de desaparecidos. Al término de una de las jornadas Ceci tomó una foto de cómo quedaron sus pies. “El dolor y el cansancio no es nada comparado con el dolor del alma“, afirma.
“A veces nos toma hasta 8 horas en encontrar a una persona. Y no nos cansamos, andamos por todo el monte camina y camina. Hay veces que no tomamos ni bebidas hidratantes, a veces no comemos por la desesperación que tenemos de encontrar a esa persona, de recuperarlo y traerla a casa“, nos cuenta Ceci por teléfono.
Una vez que el colectivo encuentra a una persona, da aviso a las autoridades y tiene que esperar en el lugar a que alguien llegue. Explica que muchas veces, después de dar la notificación, las autoridades llegan hasta las 11 de la noche y ellas tienen que estar ahí, esperando, “hechas bolita” una con otra y escuchando aullar a los lobos.
Cuando las autoridades llegan las madres buscadoras pueden irse a sus casas, muy cansadas, a dormir todo lo que se pueda para levantarse al otro día y volver a salir al campo. Ceci explica que generalmente el colectivo tiene dos días consecutivos de búsqueda.
Los otros días de la semana Ceci los ocupa para viajar a otros municipios e incluso a otros estados a buscar a más personas desaparecidas.
“Mi vida como madre buscadora es muy cansada, física y mentalmente. Todos los días me siento cansada porque después de que estoy buscando, atiendo las llamadas de las víctimas, los mensajes de desaparecido y pues tengo que atender ese llamado porque para eso estamos, estamos para apoyarnos. Hay veces que toda cansada y desvelada tengo que salir a otra búsqueda o manejar por horas para llegar a otro municipio donde me piden el apoyo“, explica.
Y si es muy difícil lidiar con la desaparición de un hijo o una hija, de un familiar en general, la situación se vuelve muchísimo más complicada cuando tienes que lidiar con la inacción de las autoridades. Tanto es así que la propia Ceci ha tenido que pedir a los líderes de los cárteles que las dejen buscar a sus hijos.
En nombre de las madres que buscan a sus hijos sin descanso, me dirijo respetuosamente a los jefes de los carteles que operan en el Estado de Sonora. 🙏🏻💔 @ONUDHmexico @AlfonsoDurazo @CRVillaQ @azucenau @kiquinta @karlaiberia @lopezobrador_ @CNDH @Reforma @tvunam pic.twitter.com/9DspxSe5Xg
— Madres Buscadoras de Sonora AC (@buscadorasonora) January 2, 2022
Las amenazas en su contra
La noche del jueves 15 de julio del año pasado fue ejecutada en Guaymas, Sonora, la integrante del colectivo Aranza Ramos. Aranza se unió al colectivo para buscar a su esposo, Brayan Omar Celaya, quien desapareció el 6 de diciembre de 2020.
Poco después del feminicidio de esta buscadora cayeron amenazas de muerte en contra de Ceci Flores. Ella comenzó a recibir amenazas de muerte por medio de un perfil falso de Facebook, donde le indicaban que ella era la siguiente. Pero no es la primera vez que sucede; desde un par de meses atrás recibió mensajes de este tipo.
Estas amenazas, con todas las pruebas, fueron presentadas ante la Fiscalía. Debido al riesgo la sacaron de Sonora para llevarla a otra ciudad. Ceci pensó que en ese tiempo las investigaciones avanzaran pero la realidad es cruda: no ha pasado absolutamente nada.
Ceci Patricia Flores, líder de Madres Buscadoras Sonora, denuncia amenazas de muerte
“No han hecho nada, no hay nada en la carpeta de investigación, es bien lamentable que estemos pasando por esta situación”, señala.