Nuevamente y después de unos días del atentado en el Maratón de Boston, los hermanos Tsarnaev están en boca de todos, ya que ese día no sólo provocaron al caos, sino que secuestraron a un individuo de nacionalidad china.
Un empresario chino, que se identifica únicamente como Danny, ya que no quiso revelar su verdadera identidad, describió como fueron los 90 minutos más largos de su vida después de ser secuestrado por los hermanos Tsarnaev, ya que pensó que lo matarían, que le harían algo muy malo.
Un secuestro no debe ser nada agradable, los peores pensamientos deben pasar por la cabeza del que lo sufre y por eso el hombre declaró: No quiero morir… tengo muchos sueños que no he realizado aún, al recordar cuando fue privado de su libertad el pasado día 18 por los sospechosos del atentado en Boston, ocurrido tres días antes.
A veces como dicen por ahí: estás en el lugar equivocado, en el momento equivocado y justo eso le pasó a Danny, quien se encontraba en su vehículo Mercedes en la Avenida Brighton, cuando se detuvo para enviar un mensaje de texto y de pronto escucho unos pequeños golpes sobre su vidrio y al levantar la cara se dio cuenta que era Tamerlan, quien le apuntaba con una pistola.
Momentos después ya se encontraba con el hermano mayor de los sospechosos en su auto y el menor siguiéndolos en el suyo, pero talvés creyeron que eso no era seguro y tomaron la decisión de irse los dos con Danny, por lo que el chico de 19 años también abordó el coche.
En palabras del jóven chino, una de las intenciones de los hombres era llegar hasta Nueva York con él como rehén, pero eso no paso, ya que tuvo un momento de lucidez y logró escapar al detenerse en una gasolinera. El inmigrante esperó el momento oportuno para escapar cuando Dzhokhar bajó a pagar y Tamerlan se atontó con un dispositivo GPS.
Como saben Tamerlan falleció en el tiroteo y Dzhokhar, quien ha sido interrogado en el hospital, afronta cargos por el uso de armas de destrucción masiva en contra civiles, lo que lo podría hacer acreedor a ser declarado culpable, a la pena de muerte o a la cadena perpetua.