Yanukovich apenas fue depuesto este fin de semana de su cargo como presidente de Ucrania y ahora debe enfrentar a la justicia del país que hasta hace unos días gobernó. Y es que el gobierno interino del país europeo emitió una orden de arresto contra él acusado de crímenes de violencia masivos contra civiles que se manifestaban en la capital de su nación.
Yanukovich fue depuesto, después de que han muerto decenas de ciudadanos ucranianos en las manifestaciones en contra de su administración. Fueron los diputados de la Rada Suprema (el Parlamento ucraniano) quienes lo destituyeron y convocaron a elecciones anticipadas para el próximo 25 de mayo.
Por ahora, el paradero del ex presidente sigue sin ser de conocimiento público, al parecer después de rendirse y dejar sus funciones, el presidente depuesto huyó en un helicóptero desde su residencia de Mezhigorie.
El ministro del Interior, Arsen Avakov, publicó en su cuenta de Facebook:
«Se ha abierto un caso oficial por el asesinato en masa de ciudadanos pacíficos. Yanukovich y otras personas responsables han sido declarados como buscados»
Según el País, el gobierno interino de Ucrania está encabezado por la mano derecha de Yulia Timoshenko, la principal opositora de Yanukovich.
Fue el Parlamento ucraniano quien designó el día de ayer como presidente en funciones a Alexandr Turchinov. Su designación se apega a lo estipulado en la Constitución del 2004, la cual fue restituida por el Poder Legislativo.
Ahora el centro de Kiev funciona como un memorial, hay cientos de claveles que recuerdan las decenas de muertos en las protestas, el ambiente está intranquilo, la gente está esperando a ver las primeras acciones del nuevo gobierno quienes ya han pedido 35 mil millones de dólares en préstamo para recuperar y estabilizar al país en un periodo que abarca del 2014 al 2015.
Naturalmente la Unión Europea está de acuerdo con hacer el préstamo, pues significaría comenzar su influjo en esta nación.
Un periodista del País ha dicho que el regreso de Timoshenko a la política tampoco hace feliz a los manifestantes, quienes están hartos de la clase política y buscan nuevas caras.
Por otro lado, el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, cuestionó el día de hoy la legitimidad de las autoridades ucranianas nombradas en los últimos dos días por el Parlamento y calificó como una «aberración» que otros países las hayan reconocido.
Las secuelas de una Guerra Fría que no ha terminado
Recordemos que Yanukovich comenzó el diálogo con las naciones de la Unión Europea dando así ciertas expectativas a sus ciudadanos, pero a la mera hora se supo que sería la Unión Aduanera que lidera Rusia el bloque comercial al que se unirían. Esto trajo consigo manifestaciones masivas desde noviembre pasado. Lo que parecía ser un conflicto interno prontamente dio a conocer los rostros detrás: Rusia y Occidente (la Unión Europea y Estados Unidos).
Lo que parecía ser una Guerra Fría segunda parte tenía en medio a la ciudadanía ucraniana la cual fue azotada por la violencia y terminó con decenas de muertos, aunque esto no impidió que las protestas continuaran.
Mientras Rusia quiere a Ucrania para hacer un bloque económico Euro-asiático que podría ser uno de los más importantes a escala global, la Unión Europea quería extender su influjo a uno de los países más grandes del continente, en el cual ven un potencial que podría beneficiarlos económicamente.
Ahora que Yanukovich ha sido depuesto y es buscado, Rusia está enojada, y la Unión Europea se puede anotar un tanto. Pero la Unión Europea ahora tiene una responsabilidad, y si no satisfacen pronto las exigencias y mejoran las condiciones de vida de los ucranianos podrían sufrir las consecuencias políticas, económicas y sociales. Así como Rusia debería hacerse responsable de la situación en Siria, ya que ahí fueron ellos los que se anotaron un tanto y dejaron mal parados a Obama y a sus aliados, pero la situación en Siria no ha cambiado y sus habitantes siguen sufriendo los efectos del conflicto armado.
Como ven, aquí no hay buenos y malos, sólo pueblos en medio de los intereses de las grandes potencias.
