Ahora sí se armó la grande. Una reciente investigación periodística sacudió el pasado de una de las empresas más conocidas en el mundo, una de la que —muy posiblemente— has sido su cliente. A este tremendo reportaje lo han bautizado como Uber Files y destapa muchísimas más cosas de lo que hubiéramos imaginado.
Son una mirada al nacimiento, crecimiento y explosión mundial de esta compañía.
La empresa, Uber, ha respondido oficialmente y en el camino admitió algunos detalles interesantes. Si quieres enterarte del caso completo, acá te hacemos un resumen y te decimos las 4 cosas más importante que estos nuevos Uber Files destaparon al planeta.
¿Qué son los Uber Files?
Pues los Uber Files son el nombre de una nueva investigación periodística encabezada por el medio británico The Guardian.
El reportaje está fundamentado en 124 mil documentos confidenciales que se filtraron a la prensa mundial. Esos documentos —que incluyen correos electrónicos o hasta mensajes de WhatsApp— cuentan cómo funcionaba Uber y cómo sus ejecutivos de más alto rango se relacionaban con los gobiernos.
¿Un detalle importante? No se trata de una filtración anónima.
Detrás de los Uber Files se encuentra Mark MacGann, quien fuera el cabildero en jefe para el empresa. Estuvo enfocado en expandir las esferas de su compañía en Europa, Medio Oriente y África.
Estos documentos retratan una época muy importante para la empresa, pues únicamente se filtraron conversaciones entre 2013 y 2017, unos años que —si recuerdan— sirvieron para que Uber se transformara de una startup tecnológica que llamaba la atención, a una compañía multimillonaria con alcances globales.
Hasta donde se sabe, porque los documentos siguen revisándose, vale la pena mencionar que México no está involucrado en estos enredos filtrados.
Ahora sí, vamos a lo importante: ¿qué destaparon?
Aprovechaban el caos y la violencia
Uno de los asuntos más importantes es que, según las comunicaciones de los ejecutivos de la empresa, en Uber aprovechaban los momentos de caos y violencia.
Seguro recuerdan que la llegada de Uber a muchas ciudades desencadenaba una serie de protestas —normalmente violentas o pasadas de lanza— entre los grupos de taxistas. En mensajes de WhatsApp se reveló que los ejecutivos de la empresa incitaban a sus choferes a salir en momentos de riesgo y a levantar denuncias policiacas de cualquier hecho.
Después, en algunos lugares como en Países Bajos, filtraban esas denuncias a la prensa para ganar opinión pública favorable.
“Creo que vale la pena”, escribió Travis Kalanick, el antiguo CEO de Uber, en unos mensajes en los que planeaba organizar una manifestación de conductores contra taxistas de París. “La violencia garantiza el éxito”.
Otro ejecutivo aseguró que con ese tipo de movimientos “mantenían la narrativa de violencia por algunos días”.
Una vez con la narrativa puesta en marcha, presentaban algunas soluciones: entre ellas, contar a Uber como una opción que luchaba contra formatos anticuados en el transporte público o en las regulaciones de taxis. De acuerdo con The Guardian, tan solo en 2016, invirtieron 90 millones de dólares en relaciones públicas.
Sabían que fueron “ilegales”
La legalidad de estas empresas de transporte siempre ha dependido de un área gris en las reglas mundiales, pero sus ejecutivos sabían que las estaban rompiendo.
De acuerdo con The Guardian, en conversaciones de WhatsApp bromeaban con ser “piratas” e incluso, uno de los principales trabajadores en la compañía admitió: “simplemente somos p… ilegales”. En los mismos correos se referían a la empresa como “con estatus diferente a legal”.
Y por supuesto, su estrategia dependía de ello.
Un ejecutivo de comunicación, que planteaba el desarrollo de Uber en otros países, le decía a su equipo que evitaran “declaraciones antagonistas” pues sabían que eran ilegales y necesitaban tener mejores relaciones con los gobiernos.
Ocultaron y borraron información
Siguiendo con las cosas complicadas, uno de los asuntos más alarmantes fue la implementación de un Kill Switch.
¿Eso qué es o con qué se come? Pues de acuerdo con los investigadores de los Uber Files, los ejecutivos crearon un sistema operativo que borraba todas las comunicaciones en sus computadoras y que, si lo aplicaban, podían bloquear la entrada a los documentos centrales en California.
Supuestamente, los aplicaron en 6 países distintos, cuando la policía intentaba obtener información sobre sus operaciones en Europa y en la India.
En uno de los casos descrito por The Guardian cuentan que los ejecutivos de Uber pretendían estar confundidos mientras las autoridades de París abrían sus computadoras y no encontraban datos.
Sus relaciones políticas
El siguiente punto de los Uber Files que ha provocado escándalo es su relación con algunas autoridades políticas del mundo.
Entre las comunicaciones filtradas esta semana, se ven conversaciones con el actual presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuando era ministro de Economía, para ayudar a la empresa a entrar a su país. También hay conversaciones entre el CEO de Uber y Joe Biden, que se reunieron en secreto en Davos, Suiza.
Igual salió embarrado el equipo de Boris Johnson en el Reino Unido, políticos en Países Bajos y altos funcionarios de la Unión Europea.
Muchas de estas reuniones han prendido las alertas pues se llevaban en condiciones sospechosas, no se reportaban públicamente y por supuesto, han sido señaladas por brincarse a las autoridades de movilidad en las ciudades del mundo.
¿Qué respondió Uber?
Pues Uber sí respondió públicamente a la investigación, con una sorpresiva declaración: “no vamos a dar excusas”.
Así como suena. Después de la publicación de los Uber Files, la empresa dijo que eran conocidas las fallas corporativas en las que habían caído. “Hubo un ajuste de cuentas con escrutinio público, demandas, múltiples investigaciones gubernamentales y la destitución de nuestros ejecutivos”, señalaron.
Su razonamiento es que eso sucedió antes de 2017 y desde entonces son una empresa distinta.
Uno de sus principales argumentos es la contratación de Dara Khosrowshahi, el actual CEO de Uber que ha cambiado el funcionamiento de la compañía e instauró nuevas reglas éticas. Aseguran que más del 90% de los trabajadores llegó con los actuales ejecutivos.
“No haremos excusas por nuestro pasado, que claramente no está en línea con los valores presentes. En lugar de eso, pedimos que el público nos juzgue por lo que hemos hecho en los últimos años y lo que haremos en el futuro próximo”, señaló la empresa en un comunicado enviado a The Guardian.