En las calles de París los transeúntes atestiguaron una rarísima escena; imagina que vas camino al trabajo y en esta ocasión debes tomar el metro subterráneo para llegar, pero en plena entrada hay un vehículo ¿estacionado?
Quien colocó el auto en ese lugar fue un sujeto de nombre Johan y lo que le ocurrió fue resultado de una confusión en el centro de una ciudad ajena; él buscaba un estacionamiento y al no existir banqueta en el paso peatonal, se detuvo en la esquina, perfiló el coche y comenzó a descender…
Por fortuna no había nadie en las escaleras y alcanzó a pisar el freno a tiempo.
El turista no fue detenido, pues no causó daños a la vía pública, ni mató o lesionó a ninguna persona.
¿A quién no le ha pasado?