La seguridad nacional es un tema de cuidado no sólo en México, y como ejemplo extremo está la siguiente historia.
Resulta que habitantes de un pequeño pueblo al sureste de Turquía armaron tremendo alboroto, ya que sospechaban que el cadáver de un pobre pajarito era en realidad un espía israelí. Obviamente no fue el caso. Simplemente se trataba de una especie de ave migratoria, -bastante común, por cierto-, y que por mala suerte tenía algunos detalles que resultaron sospechosos para los preocupados turcos:
Uno, que en una de sus patitas el difunto plumífero portaba un anillo con la inscripción “Israel”, y dos, que los orificios del pico eran inusualmente grandes… lo suficiente como para meterle por ahí un chip, una camarita o algo para espiar.
Tanto fue el pánico que causaron estas “contundentes” evidencias de espionaje, que al lugar tuvieron que llegar policías, expertos en agricultura y hasta la unidad contra el terrorismo, quienes después de evaluar la situación concluyeron que el anillo de metal en la pata no era otra cosa más que un simple objeto que se coloca a las aves migratorias para seguir sus movimientos.
Sin embargo, los alarmados denunciantes del hallazgo no quedaron satisfechos con las explicaciones, y es que de acuerdo a las fuentes de la BBC, las teorías de complots israelíes –mucho más exageradas que ésta- son demasiado divulgadas y creídas en Turquía. ¿La razón?, dicho país e Israel no la llevan muy bien desde que hace dos años nueve activistas turcos pro Palestina murieron en un supuesto ataque israelí a un bote que intentaba romper el bloqueo a Gaza.
