La turbulenta novela estadounidense se reanudó el lunes pasado. Nueva información respecto al despido de James Comey, exdirector del FBI, y los vínculos con Rusia salió a la superficie. The Washington Post dio el golpe. La publicación aseguró que el presidente Donald Trump compartió “información altamente secreta” con el canciller ruso Sergey Lavrov y Sergey Kislyak, embajador de Rusia en Estados Unidos, la semana pasada. Según el diario, el magnate describió detalles a los funcionarios rusos sobre cómo ISIS espera usar computadoras portátiles como bombas en aviones. H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional de Trump, declaró que en ningún momento se discutió la fuente de esa información ni los métodos de inteligencia estadounidenses y que el mandatario no había revelado ninguna operación que no fuera conocida públicamente. Ayer, 16 de mayo, el empresario neoyorkino indicó que está en su “absoluto derecho” de compartir información sobre terrorismo con Rusia.
Como presidente quise compartir con Rusia (en una reunión programada abiertamente en la Casa Blanca) hechos relacionados con terrorismo y seguridad aérea, algo a lo que tengo absoluto derecho. Mi deseo es que Rusia intensifique su lucha contra el ISIS y el terrorismo
As President I wanted to share with Russia (at an openly scheduled W.H. meeting) which I have the absolute right to do, facts pertaining….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 16 de mayo de 2017
…to terrorism and airline flight safety. Humanitarian reasons, plus I want Russia to greatly step up their fight against ISIS & terrorism.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 16 de mayo de 2017
Este miércoles el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que está dispuesto a entregar la transcripción del diálogo entre los diplomáticos rusos y Trump. “Si la Administración de Estados Unidos lo considera oportuno, estamos dispuestos a ofrecer al Senado y a la Cámara (de Representantes) la grabación de la conversación”, indicó el mandatario ruso… sólo para que su asesor lo contradijera asegurando que no cuentan con un audio de la charla, sino sólo con la transcripción. El presidente Putin dijo que Estados Unidos está desarrollando una “esquizofrenia política” y, en broma, afirmó que tendrá que reprender a Lavrov por no haber compartido con él ni el servicio de inteligencia ruso los secretos que le contó Mr. Trump.
Y sigue la novela entre Trump y Comey
El 16 de mayo, también, se dio a conocer que el presidente Trump solicitó a James Comey terminar la investigación contra Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional. De acuerdo con el diario The New York Times, Trump escribió en el documento: “espero que puedas dejar pasar esto. (Flynn) es un buen tipo”. Aunque la publicación no tuvo acceso directo al documento, por ser información clasificada, uno de los asistentes del exdirector del servicio de inteligencia leyó algunos fragmentos a un reportero del Times. En el memorándum, Trump trató de convencer a Comey asegurando que su excolaborador no había hecho algo malo. “Estoy de acuerdo en que es un buen sujeto”, fue lo único que contestó James Comey de acuerdo con la versión del diario neoyorkino.
La Casa Blanca negó esta versión e indicó que el presidente Trump tiene el mayor de los respetos por las fuerzas del orden y sus investigaciones y que en ningún momento pidió que se finalizará la averiguación sobre los vínculos entre sus colaboradores y autoridades de Rusia. El documento consultado por The New York Times es hasta ahora la prueba más fuerte que existe de que el presidente Donald Trump intentó intervenir en la investigación en contra de algunos de sus colaboradores cercanos. De acuerdo con el portal Vox, la imprudente solicitud que el magnate le hizo a James Comey es comparable con la orden que Richard Nixon le dio a su jefe de gabinete para que la CIA obligara al FBI a abandonar su investigación sobre WaterGate. Esta orden, finalmente, derivó en su salida de la Presidencia.