El pasado 4 de octubre, surgió un trascendido en la prensa estadounidense que indicaba que Rex Tillerson, secretario de Estado, se habría referido al presidente Donald J. Trump como un “idiota” durante una reunión con el equipo de seguridad en el Pentágono. De acuerdo con los mismos reportes, Tillerson estuvo a punto de renunciar a su cargo en julio pasado, después de que el magnate ofreciera un discurso político a los Boy Scouts de América, una organización que, alguna vez, fue liderada por el exdirector ejecutivo de Exxon Mobil. Las versiones fueron refutadas —a medias— por el mismo funcionario, quien afirmó que “nunca he considerado abandonar este puesto” e incluso alabó la política exterior del republicano.
No obstante, el empresario petrolero no desdijo las versiones respecto al insulto contra Trump. “No voy a lidiar con cosas mezquinas como esas”, declaró Tillerson.
En una primera instancia, el presidente Trump desestimó la versión calificándola como fake news. El mandatario también le dijo a los reporteros que tenía “confianza total” en su secretario de Estado. Una fuente declaró a CNN, una de las cadenas más criticadas por el republicano, que el político no estaba muy contento con que el asunto se hubiera hecho público, pero que este no consideraba despedir a otro alto funcionario de su administración. Las tensiones entre ambos personajes, indican los medios de comunicación en Estados Unidos, se han incrementado desde el verano.
Fiel a su costumbre de reality show, Trump propuso una solución para aclarar los supuestos dichos de Tillerson: comparar sus pruebas de coeficiente intelectual.
“Creo que son noticias falsas, pero si lo hizo (llamarlo idiota), supongo que tendremos que comparar nuestras pruebas de IQ. Y te puedo decir quién resultará ganador”, declaró Donald Trump en una entrevista con la revista Forbes publicada este martes 10 de octubre.