Luego de su sorpresiva salida, Steve Bannon olvidó el amor incondicional hacia Trump y el pasado sábado aseguró que la presidencia del republicano “ha terminado”. Así, sin miramientos… pero bueno, para el otra vez director de Breitbart no es que el mandatario ya esté con un pie fuera de la Casa Blanca, pero sí que a partir de ahora su administración distará de basarse en la política que prometió implementar. En pocas palabras: si antes parecía imposible que cumpliera sus promesas de campaña, ahora con mayor razón.
“La presidencia de Trump, por la que luchamos y ganamos, ha terminado (…) Será otra cosa. Y habrá todo tipo de peleas, y habrá buenos días y malos días, pero esa presidencia ha terminado”, señaló quien fuera uno de los más cercanos estrategas de Trump y que fue despedido por éste el pasado viernes.
Para Bannon, una de las principales razones por las que America no será grande otra vez (al menos no bajo las ideas del hombre que se embadurna con achiote) es que el Partido Republicano le dio la espalda en la concreción de varios de sus proyectos. Ni para el muro fronterizo, ni para la puesta en marcha de un proyecto migratorio, ni para tumbar al Obamacare… para nada el presidente ha contado con un apoyo total de su partido. “¿Sobre cuál punto del programa de Trump, además de los recortes de impuestos, que será un recorte estándar, han hecho campaña? No lo han hecho”.
Bueno, a final de cuentas Bannon no le echa toda la culpa a Trump de que su administración sea un completo desastre… quienes sí se le fueron más a la yugular fueron los del New York Times, quienes en su editorial de ayer domingo sentenciaron que lo que hay en la Casa Blanca es “una presidencia fallida”. Es “un desastre ambulante” sentenció el periódico en su texto titulado –precisamente– “La fallida presidencia de Trump”.
“Esencialmente aquí estamos: una nación liderada por un príncipe de la discordia que parece divorciado de la decencia y del sentido común”.
Si de por sí el influyente rotativo estadounidense nunca ha sido fan del presidente, la postura de éste luego de los recientes incidentes relacionados con movimientos supremacistas en Estados Unidos es la gota que derrama el vaso. Para el NYT, la defensa que Trump hizo de los supremacistas de Charlottesville es un hecho que deja “profundas dudas” sobre cuál es la brújula moral que guía al mandatario. Eso sin contar lo que ha demostrado en los pocos meses que lleva de administración. Es “incompetencia pura”.
Pues ni tanta… porque en lo Trump recibe las trolleadas en Washington, en Latinoamérica su emisario –Mike Pence– sigue chambeando: en visita relámpago a Chile, Colombia y Argentina, el vicepresidente pidió a los gobiernos de estos países “cositas” muy sencillas de cumplir y que harían muy feliz al gobierno estadounidense: imponer sanciones a Corea del Norte, meterle más presión a Venezuela y que determinados servicios y productos estadounidenses tengan más “accesibilidad” en el mercado local.
De acuerdo con La Nación, los mandatarios latinoamericanos no temieron (tanto) darle el avión a Pence… total, no es más que el vicepresidente (por ahora). Incluso la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, le cuestionó cuál era la urgencia de un pedido bastante interesante del que Videgaray no ha hablado mucho: que Brasil, México, Perú y Chile rompan vínculos diplomáticos y comerciales con Corea del Norte… en respuesta, Pence aseguró que el aislamiento de los norcoreanos (con herramientas diplomáticas y económicas) terminará con la época en que el gobierno de Kim Jong-un solo ha ofrecido “negociaciones fingidas” cuando se le pide terminar con su programa nuclear.
La respuesta no dejó muy satisfecha a Bachelet, quien de plano lo bateó. Ya después no le fue tan mal en Colombia y Argentina, donde si bien los mandatarios Santos y Macri no le confirmaron el cumplimento de la petición, tampoco la rechazaron por completo.