El pasado 28 de julio el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que le había hecho un favor a México con su dura política contra la migración ilegal. Sin sustento para afirmar dicha información, el mandatario aseguró que el tránsito de migrantes provenientes de Belice y Guatemala con rumbo a nuestro país había decrecido. Trump aseguró que la situación en la frontera sur mexicana la cosa es distinta, que ahora hay “muy poco tráfico” y que todo se debe a que los migrantes centroamericanos saben que no podrán pasar la frontera hacia Estados Unidos. De acuerdo con el magnate, las detenciones en su zona fronteriza disminuyeron 78%, mientras que en pasadas administraciones se celebraba en caso de lograr 1%. Cifras de la Secretaría de Gobernación indican que en el periodo enero-abril de 2017 se registraron casi 30 mil detenciones, mientras que en el mismo periodo del año pasado hubo más de 53 mil. O lo que es lo mismo: el flujo ha bajado, pero no en las proporciones presumidas por Trump.

Este lunes el presidente Trump volvió a la carga y no movió un dedo del renglón (excusen las frases hechas). Antes de presentar a John F. Kelly como su nuevo jefe de gabinete, en sustitución de Reince Priebus, el también empresario halagó la gestión del primero como secretario de Seguridad Interior. Durante su intervención, el mandatario estadounidense dijo que lo hecho por Kelly en la frontera fue “nada menos que milagroso” y que la frontera ya ha dejado de ser un “problema tremendo“. Según Trump, hasta el mismísimo presidente Enrique Peña Nieto le llamó para felicitarlo por el éxito de su controvertida política de migración y por el trabajo del general John Francis Kelly. “Incluso el presidente de México me llamó. Dijeron que en su frontera sur muy pocas personas llegan ya porque saben que no van a cruzar nuestra frontera. Esto significó el cumplido más alto“, dijo el político republicano.

Foto: Miguel Tovar/LatinContent/Getty Images

La relación entre Peña y Trump no se ha distinguido por ser especialmente cercana. Esta comenzó en agosto de 2016, cuando el entonces candidato se reunió con el priista en la residencia oficial de Los Pinos. Durante el evento, el multimillonario se comportó como un líder de Estado. Horas más tarde, en Arizona, Trump declaraba en un mitin que nuestro país pagaría por el muro, aunque todavía no lo supiéramos. El siguiente acercamiento ocurrió una vez que el republicano asumió su cargo como presidente. En teoría, ambos líderes se reunirían el 31 de enero, aunque no se contaba con la astucia del empresario estadounidense. Unos días antes de la cita, el magnate firmó la orden ejecutiva en la que se estipulaba que México pagaría completamente por el muro fronterizo y se establecían medidas para contrarrestar las ciudades santuario. El presidente Peña Nieto canceló, sobre la hora, la reunión con Trump.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos salió a decir que él decidió, junto con EPN, cancelar el encuentro. “A menos que México nos trate con respeto, no habrá reunión”, sentenció Donald J. Trump, a la vez que aseguraba que estaba trabajando, junto con su equipo, en una estrategia para obligar a México a pagar por la construcción del muro.

Foto: Notimex

El pasado 7 de julio, en el marco de la cumbre del G-20, Peña Nieto y Trump se reunieron por primera vez. Los mandatarios hablaron durante media hora y, de acuerdo con lo comentado públicamente por el estadounidense, la prioridad sería la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la cual iniciará el próximo 16 de agosto. En una conferencia de prensa posterior a la charla entre Enrique Peña Nieto y Donald Trump, un reportero le preguntó al empresario neoyorkino si todavía buscaba que México pagara por el muro fronterizo, Trump contestó: “absolutamente“, reafirmando así lo que ha dicho durante todo su periplo como candidato presidencial y lo que ha refrendado desde que llegó a la Casa Blanca.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios