El excéntrico empresario Donald Trump, puso de una vez por todas fin a la polémica que desde hace unos días le ha restado algo de popularidad en su batalla por la candidatura presidencial republicana… ese horrible peluquín que supuestamente utiliza.
Pero antes de eso, habló sobre el incidente que protagonizó con Jorge Ramos, periodista que intentó que el magnate ofreciera detalles sobre su plan migratorio… ya saben, echar de los Estados Unidos a millones de mexicanos. Tal “ocurrencia” le valió a Ramos ser sacado de la conferencia de prensa.
“Dice (el artículo) que yo entré en cólera. ¿Yo? La sala estaba llena de reporteros y este tipo (Ramos) gritó, saltándose su turno (…) más que pregunta [Ramos] hizo un discurso”.
El tema salió a colación ya que a manos de Trump llegó un ejemplar del The New York Times en el que salió un artículo de lo ocurrido en Iowa. El texto escrito por el periodista radiofónico hispano Ricardo Sánchez causó la indignación del empresario… y no por hablar de su intolerancia, sino por referirse a él como “el hombre del peluquín”.
Para desmentir tal improperio, Trump hizo que una de sus asistentes subiera al estrado y le diera unos jalones de greñas. Aquí el revelador momento.
Para justificar el extraño volumen de sus pelos el magnate dijo que nomás se echa laca para el pelo… más bien el ochentero Aquanet.
En fin… ya después dio tiempo para hablar sobre el muro fronterizo que mandará construir como parte de su plan migratorio… claro, en caso de llegar a la presidencia: “Mi plan se ha llevado tremendos aplausos. Dicen que el muro no se puede construir… pero va a ser muy bonito, tanto que algún día, cuando yo no esté, lo llamarán el muro de Trump”.
¿Ya se le fueron las cabras al monte? Pues quién sabe. Él dice que su plan está respaldado por su experiencia en el mundo de los inmuebles.