A Donald Trump le queda una última batalla antes de abandonar oficialmente la Casa Blanca y dejar la presidencia de nuestro vecino del norte. Faltan unos cuantos días para que se termine su administración… pero esas horas definirán el futuro del magnate neoyorquino y podrían sentar bases simbólicas para el porvenir de los Estados Unidos.
Los políticos estadounidenses buscan —a toda costa— destituir a Donald Trump antes de que se termine su mandato.
Este miércoles, 13 de enero, la Cámara de Representantes ha aprobado iniciar un juicio de impeachment contra el presidente de Estados Unidos acusado de incitar a la insurrección. Esta es una decisión sin precedentes pues es el primer mandatario, en toda la historia de las barras y las estrellas, en pasar por el juicio de destitución dos veces.
La iniciativa, nacida de una extrañísima colaboración entre Demócratas y algunos Republicanos, es una directa consecuencia de las acciones de Trump para arengar a sus seguidores en la toma violenta del Capitolio hace algunos días.
Pase lo que pase con este juicio de destitución o de impeachment, el presidente número 45 en la historia de Estados Unidos agarrará sus chivas el próximo 20 de enero.
Sin embargo, en estos días, para la política gabacha hay más cosas en juego que el inquilino de la Oficina Oval. ¿Qué implica un proceso de destitución con tan pocos días por gobernar? Acá te contamos los detalles:
La última batalla de Donald Trump
Este juicio de destitución o impeachment, en inglés, tiene la capacidad de decidir el futuro Donald Trump y de los Estados Unidos.
Si el neoyorquino sale bien librado y completa su mandato sin ser destituido, recibirá una pensión de más de 200 mil dólares, tendrá protección del Servicio Secreto por el resto de su vida, 150 mil dólares anuales para mantener una oficina y cerca de un millón de dólares para pagar seguridad y viajes.
Además, claro, tendría completa libertar para cumplir con sus intenciones: competir en las elecciones de 2024.
Si Donald Trump es destituido tendría que dejar su cargo anticipadamente —aunque sea solo por unos cuántos días— y perdería todos los beneficios de su pensión. Igual sería una victoria simbólica: un castigo, ante la casi inminente impunidad por encender la llama de las preocupantes protestas en el Capitolio.
También, aunque eso requeriría otros pasos extras, podrían prohibirle ser candidato presidencial en el futuro y fincarle cargos penales por sus últimas movidas.
¿Sí es neta que lo van a destituir?
Sí, es neta. Bueno, al menos lo van a intentar.
Este miércoles, 13 de enero, la Cámara de Representantes —el equivalente a la Cámara de Diputados— aprobó oficialmente, en una larga votación, la moción para comenzar un juicio de destitución o impeachment.
Donald Trump es acusado del gravísimo acto de “incitar la insurrección”.
En la votación, los representantes del Partido Demócrata condenaron las acciones recientes en el Capitolio de Estados Unidos y fueron apoyados, sorpresivamente, por algunos otros miembros del Partido Republicano quienes señalaron lo peligroso de los discursos del presidente Trump.
Eso sí, la gran mayoría de los Republicanos alegaron que un juicio de destitución o impeachment no haría mas que incrementar la división. Incluso, recuerda la BBC, hasta se aventaron el clásico de: “es momento de sanar las heridas”.
¿Qué sigue con el impeachment?
Ahora que el juicio de destitución fue aprobado, es momento de que se lleve a cabo en el Senado.
La ley estadounidense indica que Trump tendrá que enfrentar sus acusaciones ante la Cámara Alta y se necesitan dos terceras partes para que sea enjuiciado. Ahí se abre una posibilidad curiosa: el Partido Demócrata tiene una ventaja mínima en el Senado así que necesitarían de otro extraño apoyo del Partido Republicano para lograr la convicción.
Eso sí: esperemos sentados.
Según se ha planteado, el juicio de impeachment se celebraría en las próximas semanas. Aunque no hay fecha exacta, han confirmado que será después de que Joe Biden tome posesión de la presidencia de Estados Unidos, un evento esperado para el próximo 20 de enero.
¿Vale la pena destituir a Donald Trump?
Acá se aparece una pregunta interesante. ¿Vale la pena destituir a Donald Trump? Todo depende del cristal con el que se mire.
Mientras algunos estadounidenses están felices simplemente con verlo partir, otros políticos —especialmente los Demócratas— han alegado que tiene que enfrentar sus acciones, que no merece recibir la pensión millonaria y que tienen que prevenir su posible regreso a la Casa Blanca.
Quedan unos cuantos días de mandato y la decisión, aunque no se concrete ya pasó a la historia: Donald Trump es el primer presidente en ser enfrentado dos veces a un impeachment o un juicio de destitución. Si lo quieren lograr, la pelota ya está en cancha del Senado.
¿Vale la pena? ¿Será una victoria simbólica, un ahorro millonario, unos enredos innecesarios o una forma de terminar con la impunidad presidencial? A ver qué sucede.