Por años se ha buscado la forma en que seres humanos puedan recibir trasplantes de órganos de animales genéticamente modificados, situación que podría alivianar la escasez de donadores de órganos.
El pasado 25 de septiembre, en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, un equipo de cirujanos logró con éxito unir de manera temporal el riñón de un cerdo a una mujer que tenía muerte cerebral.
El trasplante
El medio USA Today, quien difundió la noticia de la cirugía, explica que el cerdo fue modificado genéticamente. El riñón del animal se implantó en el muslo izquierdo de la mujer para poder tenerlo a la vista y poder monitorearorlo. Después de comprobar que funcionó correctamente, a menos en el poco tiempo que estuvo en el cuerpo de la mujer, el ensayo terminó y la mujer fue desconectada del soporte vital.
Y no, no se trató del experimento de un cirujano loco. La familia de la mujer autorizó el ensayo después de considerar que ella, en vida, fue donante y activista por las personas con insuficiencia renal que se sometían a diálisis.
La cirugía fue dirigida por el médico Robert Montgomery quien desde hace tres años vive con el corazón de un donante. El profesional explicó que muchos riñones de personas fallecidas que se transplantan a otros pacientes no funcionan de inmediato o incluso tardan semanas en arrancar, pero el del cerdo funcionó enseguida.
La empresa que está detrás del trasplante estuvo implicada en la creación de la oveja Dolly en 1996, el primer animal que fue clocado a partir de una célula. Lo que se hizo fue modificar el gen de los embriones porcinos para obtener cerdos con órganos más parecidos a los primates.
Aún falta un largo camino por recorrer para que estos trasplantes puedan realizarse de manera regular y con humanos vivos, pero es un avance esperanzador. Generalmente los órganos transplantados no son rechazados por el cuerpo de inmediato pero sí a mediano plazo.