Luego de permanecer durante 31 días en huelga de hambre y ver disminuido drásticamente su estado de salud, la ex comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado, levantó su ayuno. Falta ver si la promesa de libertad que (otra vez) le hizo el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, se cumple.
Salgado actualmente está hospitalizada en el nosocomio de la cárcel de mujeres femenil de Tepepan. Ella inició su ayuno el pasado 5 de mayo, como una medida de protestar por su encarcelamiento tras ser acusada de secuestro, además protesta por la lentitud con la que se lleva el proceso judicial con el que podría salir libre.
Fue con la visita de Rogelio Ortega, quien prometió hacer las gestiones necesarias para que su liberación se agilice, además de reubicar a otros jefes de las policía comunitaria, que Salgado decidió concluir con su modo de protesta, a la cual desde hace 15 días se solidarizó Gonzalo Molina, otro jefe de la policía civil que también es acusado de secuestro.
El abogado de Nestora, Sandino Rivero, desconoce si ya Ortega ha iniciado su intervención con el Tribunal Superior de Justicia de Guerrero para el traslado de los dos ex líderes comunitarios, no obstante confió en que así sea.
Desde enero el gobernador guerrerense ha gestionado la liberación de Salgado ante Miguel Ángel Godínez Muñoz, fiscal general del estado, sin embargo no ha rendido frutos y la acción penal que sobre la ex comandante civil pesa por el supuesto delito de secuestro agravado continua. Gódínez argumenta que Ortega no tiene las facultades para realizar una petición de ese tipo.
Según reporta Proceso, tras el mes que estuvo sin probar alimento, la ex líder de la policía comunitaria desarrolló diversos malestares físicos, tales como gastritis; además de que se ha agudizado una neuropatía en las cervicales que padece desde hace años, producto de un accidente automovilístico.
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