Aunque ya lo conocen como el Luis Echeverría de los quelonios, a la tortuga Jonathan sí le festejan sus cumpleaños. Y no solo porque sea buena onda, sino porque estamos frente a una récord, verdaderamente, histórico. Este año se convirtió en el animal más longevo que la humanidad haya documentado.
Resulta que Jonathan acaba de cumplir, nada más y nada menos, que 190 años.
Si quieren hacer los cálculos, esta tortuga ha estado viva durante grandes saltos de la humanidad: le tocó ver el primer vuelo de los hermanos Wright, el invento de la bombilla, el teléfono y por supuesto, la carrera espacial.
Aunque no se sabe a exactamente, los científicos estiman que Jonathan nació en 1832.
¿Cómo saben eso? Pues es toda una curiosidad: la primera vez que vieron a esta tortuga oficialmente fue cuando llegó como un regalo a la Isla Santa Elena, proveniente de Seychelles. La fotografía de su recibimiento fue tomada en 1882 y se ve completamente como una tortuga adulta, o sea que tenía 50 años… como mínimo.
Desde que llegó vive en los jardines de la casa de gobierno de la Isla Santa Elena y le ha tocado ver a 31 mandatarios distintos.
Jonathan está entero a sus 190 años
Uno pensaría que cualquier ser vivo que llegue a los 190 años se va a estar desmoronando, pero ese no es el caso de la tortuga Jonathan.
“Disfruta del sol, pero en los días calurosos camina a la sombra”, comenta su veterinario en una entrevista con los Récord Guinness. “Ama los plátanos, pero se los queda mucho tiempo. Los corazones de lechuga, aunque no son los más nutritivos, son sus favoritos”.
Y además, aunque tiene casi dos siglos de caminar por este mundo todavía disfruta de los grandes placeres de la vida.
“A pesar de su edad, Jonathan todavía mantiene su libido y los vemos frecuentemente apareándose con Emma o con Fred”, se reía su veterinario. “A las tortugas no les importa el género”.