La que pintaba para ser la movilización del año se quedó en el clásico “ya merito”.
Con más de 8 mil confirmaciones de asistencia vía Facebook, el “toplessazo” en la playa de Ipanema, en Rio de Janeiro pitaba para ser abrumadoramente exitosa; sin embargo, a la mera hora sólo unas cuantas brasileñas acudieron al llamado para andar sin brassier en búsqueda –precisamente- de legalizar el “topless”.
Esta iniciativa comenzó después de la represión policiaca sufrida por la actriz brasileña Cristina Flores. En noviembre pasado en la playa Arpador, se quitó la parte superior de su bikini para una sesión fotográfica; aun cuando había poca gente en la playa, fue abordada por tres policías y obligada a ponerse blusa, de no hacerlo hubiera sido consignada por cometer “acto obsceno”.
La convocatoria lanzada por la actriz Cristina Flores generó gran expectativa: “pus’ cómo no, si cuando anda una belleza brasileña en bikini anda parando… el tráfico, ahora imagínense miles de ellas y- aún mejor- sin la parte de arriba de su atuendo”, pensaron muchos; desgraciadamente fue esa incesante morbosidad curiosidad la que ocasionó que las mujeres desistieran: “Tuve miedo del asedio (…) viendo la repercusión y los comentarios, veo que nuestra cultura aún no está preparada para eso, es una pena”, comentó una de las que desistieron.
Después de todo, las chicas que a la mera hora se echaron pa´tras no estaban tan equivocadas en cuanto a la justificación para no ser parte del “toplessazo”: En cuanto cualquier mujer decidía quedar “topless”, inmediatamente era cercada por una multitud que deseaba guardar con cámaras y celulares.
Algunos medios mencionan que al evento acudieron dos personas, otros cuatro e incluso algunos señalan la llegada de una veintena; lo que es seguro es que por ahora la iniciativa fracasó. Vendedores ambulantes, fotógrafos y curiosos conformaron el nutrido público que desde las primeras horas del sábado esperaban la llegada de las activistas.
Al ver la poca asistencia – y que los pocos que iban, era nomás para ver qué agarraban-, algunos hombres se pintaron senos y mostraron su simpatía con la causa: “creí que el movimiento era para eliminar esa visión machista que la sociedad tiene del cuerpo de la mujer, algunas personas sólo vinieron aquí a ver a las chicas sin blusa”, criticó uno de ellos.
“Infelizmente, Río todavía es una ciudad muy conservadora, pero alguien tiene que hacer esto (topless) para que un día se vuelva natural”, comentó la cineasta Paula Nogueira, quien lejos de preocuparse por la reacción de los presentes, posó ante las cámaras.
*Vía veja.abril.com.br