Cuando hablamos de Ferguson no nos referimos al ex entrenador del Manchester United, sino a una localidad del estado de Missouri, Estados Unidos, que recientemente fue declarada por su gobernador en estado de emergencia ya que se presentaron disturbios y saqueos, tras la muerte de un chico de nombre Michael Brown a manos de un policía, quien le disparó sin motivo aparente.
La madrugada de este domingo, el gobernador de Missouri, Jay Nixon declaró estado de emergencia y ordenó un toque de queda en la localidad de Ferguson, donde se han repetido serios disturbios después de que la semana pasada la policía matara a Michael Brown, un joven de ascendencia afroamericana (como la mayoría de los pobladores de St. Louis).
¿Qué ocurrió?
El 09 de agosto, Michael Brown, caminaba en medio de la calle al lado de su amigo, Dorian Johnson, en la ciudad de Ferguson, Missouri, cuando el oficial Darren Wilson se acercó a ellos en su patrulla. Minutos después, Brown se encontraba en el piso, muerto, con varias heridas de balazos y en un charco de sangre, donde quedó tirado por varias horas la tarde del sábado.
Residentes del área salieron de sus hogares a protestar por la brutalidad policiaca de la que fueron testigos, llegaron patrullas de refuerzo para restablecer el orden y para evitar que alteraran la escena.
Todos los casquillos de bala encontrados en la escena eran de la pistola del oficial de policía. Según el peritaje inicial, Brown fue asesinado mientras estaba parado a unos 35 metros de distancia de la patrulla.
¿Quién era Michael Brown?
Un estudiante de 18 años de edad recién graduado de Normandy High School en St. Louis, debía iniciar sus estudios universitarios en Vatterott College el lunes pasado. El día de su muerte, Brown fue a visitar a su abuela, Desuirea Harris, quien vive en Ferguson.
La versión del amigo
Dorian Johnson, el principal testigo del incidente, cuenta que mientras caminaban por la calle, sin lastimar u ofender a alguien, una patrulla se les acercó. El agente que manejaba el carro ordenó de manera agresiva a los jóvenes a subirse a la banqueta, éstos le respondieron que estaban por llegar a su destino y que entonces se subirían a la banqueta.
Fue entonces que el policía reaccionó violentamente, ahorcando a Brown. Cuando por fin se pudo soltar, el agente sacó su arma y le advirtió que dispararía. Johnson y Brown se dieron a la fuga, intentando huir de los balazos que al final, causaron la muerte de Brown.
La versión del policía
El oficial en cuestión, según versiones oficiales, es Darren Wilson, quien dijo que Brown lo agredió e intentó dispararle con un arma de fuego, por eso él disparó en defensa propia. Incluso si está versión fuese cierta, es difícil imaginar una situación en la que el sospechoso huyera en una calle residencial, al aire libre, sin nada con que protegerse en por lo menos, 20 metros de distancia.
El jefe de la policía, Thomas Jackson, presentó un video de las cámaras de seguridad en una tienda, en el que aparentemente, Brown robó una cajetilla de cigarros, para hacer creer a la gente que el oficial que mató a Brown estaba respondiendo al robo.
Unas horas después se supo que el agente que asesinó a Brown, ni siquiera sabía que era sospechoso de robo en el momento que lo encontró.
Sin embargo, Anonymous a través de la cuenta @TheAnonMessage en Twiter, publicó fotos de quien asegura es el agente que mató a Brown y que responde al nombre de Bryan P. Willman
Los disturbios y saqueos.
La muerte de Michael Brown, provocó la ira de los habitantes de la ciudad de Ferguson, quienes han salido a las calles para exigir que se haga justicia y que regulen al Departamento de Policía, así como proveer de reglamentos a todos los ciudadanos del área para que conozcan sus derechos.
Una multitud se reunió en el lugar poco después de que Brown murió, su protesta se extendió por la tarde del sábado. Una subsiguiente protesta en la sede del Departamento de Policía de Ferguson ocurrió la noche del sábado. CNN dice que hubo hasta 1,000 manifestantes, mientras que otros informes dicen que había alrededor de 200 personas (como vemos, no solo en México los medios de comunicación no saben contar cuando se trata de manifestaciones).
Los manifestantes asistían con las manos al aire y gritaban “No me dispares”, “Somos Michael Brown,” “Sin justicia no hay paz” y “los policías asesinos se tienen que ir.”
El domingo, 10 de agosto las protestas no violentas continuaron pero con una fuerte presencia policial. El jefe de policía dijo a periodistas que se escuchaban disparos de los manifestantes en la zona, y que como escucharon un: “Maten a la policía”, mandaron 60 refuerzos de otros departamentos para proteger la seguridad pública en un ambiente peligroso.Versión que no ha podido ser corroborada por ningún manifestante.
Las circunstancias precisas de la confrontación de Brown con el oficial Darren Wilson no son claras, pero de acuerdo con testigos del lugar, Brown estaba desarmado, a la intemperie e incluso, levantó las manos por encima de la cabeza en el momento en que le dispararon. Esta acción, de las manos levantadas se ha convertido en el símbolo de las protestas por su fallecimiento.
Los manifestantes no contaban con que los elementos de policía estarían equipados con rifles de francotiradores y vehículos blindados que parecen más adecuados para Afganistán que para una pequeña ciudad de Estados Unidos.
La respuesta inicial de la policía a las manifestaciones de la semana pasada provocó un importante debate nacional sobre la militarización de las fuerzas policiales. En específico por el incremento del uso de las fuerzas especiales SWAT, equipo que llega a numerosas agencias policiales de todo el país como desecho de lo usado en las guerras de Irak y Afganistán. Desde municiones a helicópteros y vehículos blindados, entre otros, son distribuidos gracias al “Programa 1033” del Pentágono, que está destinando a las agencias policiales miles de millones de dólares en transferencia de equipo militar pensado para combatir a insurgentes en el Medio Oriente aprobado en la década de los noventa.
Mientras las protestas continuaron en la noche del domingo, otros pobladores comenzaron a participar en saqueos y violencia. El primer saqueo comenzó en la tienda local QuikTrip, helicópteros de la policía se trasladaron a la zona. Un equipo SWAT entró y utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los saqueadores.
El lunes 11 de agosto, un grupo de residentes de Ferguson se reunió para limpiar el QuikTrip. Durante la noche, las protestas continuaron, algunos grupos se reunieron en la calle, levantando sus manos en señal de rendición y cantando, “¡Manos arriba, no disparen”. La policía intentó dispersar estas protestas con gases lacrimógenos, explosivos y balas de goma.
El martes 12 de agosto, delimitaron una zona de exclusión aérea sobre Ferguson que se prolongará hasta el lunes 18 de agosto. El propósito, según la policía, es “proporcionar un espacio seguro para las actividades de aplicación de la ley”.
La militarización de la policía.
Nunca sabremos lo que pasó, ya que el lugar en el que ocurrieron los hechos no tenía una cámara grabando el incidente. Resulta paradójico que los policías de esa localidad tengan a su disposición gas lacrimógeno, equipo antimotines, vehículos blindados y ametralladoras, ropa camuflaje pero no una cámara de seguridad. Ese uniforme funciona para camuflarse en la selva pero en una localidad tan pequeña, lo hacen para demostrar poder, cuando la policía se viste como soldados de combate, no es para estar a la moda, quieren mandar el mensaje de que son más rudos.
El miércoles 13 de agosto, el Departamento de Policía de Ferguson dio a conocer su primera declaración oficial desde el tiroteo. La declaración decía que se reunieran por la mañana pero que no había toque de queda, y que los manifestantes que se quedaron fuera después no serían detenidos “siempre y cuando sean pacíficos y no bloqueen los caminos.” La noche del miércoles por la tarde, la policía comenzó a hacer arrestos rápidamente. Los manifestantes arrojaron botellas y piedras; la policía y los periodistas dicen que un manifestante arrojó una bomba molotov. En respuesta, la policía les dijo que eso ya no era una protesta pacífica y les ordenó abandonar la zona, la policía utilizó cañones de sonido para dispersar a la multitud y botes de gas lacrimógeno.
El jueves, 14 de agosto se difundió una imagen de una mujer que había sido golpeada con una bala de goma. En la tarde, dos reporteros, Ryan J. Reilly de The Huffington Post y Wesley Lowery, del Washington Post, fueron arrestados en un McDonalds después de un equipo SWAT ordenó que salieran.
El viernes 15 de agosto, la policía reveló detalles del día del tiroteo, durante las últimas horas de la noche, las protestas se calentaron de nuevo. Policías fuertemente armados volvieron a Ferguson para dispersar multitudes, detener el bloqueo de las carreteras y lanzaron granadas de gas lacrimógeno. Los manifestantes comenzaron a saquear las tiendas, incluyendo la tienda en la Michael Brown fue acusado de robar.
Toque de queda
Como algunos de los residentes saquearon tiendas, el gobernador Jay Nixon declaró el sábado estado de emergencia y toque de queda de 12:00 de la noche a 05:00 de la mañana (hora local)
Nixon dijo que, aunque muchos de los manifestantes estaban actuando pacíficamente, el Estado no permitiría que los saqueadores pusieran en peligro la comunidad.
“En primer lugar debemos tener y mantener la paz. Esta es una prueba. Los ojos del mundo están observando. No podemos permitir que la mala voluntad de los pocos socave la buena voluntad de la mayoría.”
El sábado, algunos residentes dijeron que parecía que los actos violentos fueron cometidos por personas que vinieron de otros suburbios o estados.
“¿Quién quemaría su propio patio trasero?. Esta gente no es de aquí. Llegaron a quemar nuestra ciudad e irse”, dijo una de las residentes.
Jay Nixon declaró que el toque de queda duraría varios días. El lunes 18 de agosto fue levantado, aunque, por otro lado, ya está la Guardia Nacional en esa localidad. Según el alcalde, la Guardia Nacional solo está para restablecer la paz (misma que seguiría si no hubiera habido un crimen tan atroz como el que un policía mate a alguien desarmado en la calle) y que protegerían el centro de mando de la policía de ese lugar ya que fue blanco de ataques el domingo.
El Departamento de Policía de Ferguson se ha negado a informar el paradero de Wilson, el oficial que le disparó a Brown, lo único que se sabe es que tiene vacaciones pagadas desde el tiroteo. El Fiscal Bob McCulloch dijo que podrían pasar semanas antes de que la investigación concluya.
El domingo, 17 de agosto, el Procurador General de EE.UU., Eric Holder, en virtud de la solicitud de la familia de Michael Brown, ordenó otra autopsia del cuerpo de Brown.
“Debido a las circunstancias extraordinarias que intervienen en este caso y a petición de la familia Brown, solicitó a los funcionarios del Departamento de Justicia realizar una autopsia adicional por un médico forense federal”
El Capitán Ron Johnson dio un discurso en el que pidió perdón a la familia de Michael Brown y prometió solidaridad con Ferguson.
La autopsia reveló que Brown tenía por lo menos 6 disparos en el cuerpo, dos de ellos en la cabeza. Según el doctor que hizo la autopsia, Michael Baden, el joven Brown podría haber sobrevivido a 5 de los 6 disparos que recibió. No hay signos de lucha, lo cual contraviene la versión del policía que dice que disparó en defensa propia.
Detenidos por los disturbios
El día Domingo, la policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes desafiantes que se quedaron en Ferguson después del toque de queda de medianoche entró en vigor. Siete personas fueron detenidas por no dispersarse y una persona recibió un disparo la madrugada del domingo porque la policía utilizó humo y gases lacrimógenos contra los manifestantes que desafiaron el toque de queda.
La Policía trasladó vehículos blindados por la calle, justo después del inicio del toque de queda el domingo. Utilizaron el humo y gases lacrimógenos contra los manifestantes que se negaron a volver, esencialmente poniendo fin a la confrontación casi una hora después del toque de queda de medianoche.
¿Qué dice Obama?
Obligado por la gravedad del incidente, el presidente Barack Obama difundió el día jueves un mensaje en el que ofreció su pésame por la muerte del joven e indicó que el Departamento de Justicia está tomando cartas en el asunto. Obama pidió el jueves “paz y calma” en Ferguson y pidió a todos los involucrados que se controlaran.
El presidente exhortó a la policía a ser “abierta y transparente” en la investigación, pero no emitió ningún juicio sobre qué llevó a la muerte de Brown y evitó mencionar el asunto racial en su declaración, e instó a la gente a “recordar que todos somos parte de una sola familia estadounidense”.
¿Cómo impactó esto en las redes sociales?
En las redes sociales, específicamente usuarios de Twitter documentan lo que está ocurriendo en Ferguson porque al parecer un algoritmo en las redes no permitía que la información fluyera. Esto es un claro ejemplo de por qué neutralidad de la red es una cuestión de derechos humanos (recuerden que la #LeyTelecom en nuestro país no protege la neutralidad de la red). Ayer, los periodistas locales fueron hostigados, agredidos, arrestados mientras tomaban fotos de los abusos policiales.
La frustración y la ira en Ferguson es como en muchas ciudades de América: la policía detiene y arresta a residentes con la piel más obscura. El gobierno de la ciudad es predominantemente blanco. Sólo tres de los 53 agentes de policía encargados de la ciudad son de piel negra. Hay una gran cantidad de ira en torno a cómo los medios retratan a los jóvenes que son asesinados. El fin de semana, el hashtag #IfTheyGunnedMeDown, fue tendencia en Twitter por expresar cómo los jóvenes negros se ven a sí mismos y cómo los medios de comunicación los ven.
Tweets sobre #iftheygunnedmedown
¿Un crimen de odio?
La muerte de Michael Brown a manos de la policía en Missouri es un recordatorio de la discriminación racial que prevalece en Estados Unidos. La comunidad afroamericana recuerda que no es el primer incidente de brutalidad policial contra esta minoría.
La violencia policial contra los negros es un factor constante desde 1935. La disparidad racial en St. Louis es evidente: el jefe de la policía es blanco y solo hay tres negros en la fuerza policial, de 53 agentes. Según un informe de 2013 de la fiscalía estatal, los negros conformaron el 93% de los casos de arrestos tras una revisión de tránsito.
El asunto ha transcendido fronteras: un grupo de activistas entregó a un panel de las Naciones Unidas en Ginebra un documento detallando sus preocupaciones sobre el cumplimiento de EEUU de la Convención para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD), de la que es signatario.
Asumamos que todo lo que la policía dice de este incidente es cierto, que el chavo se robó una cajetilla, incluso así, su muerte sería un error. Cuando un ladrón de una cajetilla de cigarros tiene que morir a tiros, algo estás haciendo muy mal.