Después de una campaña muy agresiva para convencernos de que la reforma energética era lo mejor que nos podía pasar en nuestra miserable existencia, nos hemos enterado de que (entre muchas otros…mmm… problemas económicos) el precio del barril de crudo permanecerá barato algún tiempo, lo que sabotea el plan de la administración actual (al rato dirán que es el petróleo el que intenta desestabilizar al país).
El precio del crudo mexicano sufrió un desplome del 46 % desde sus máximos registrados en 2014, la mezcla mexicana se colocó el miércoles en 54.40 dólares por barril, este es el precio más bajo desde mayo del 2009 ¿y por qué cuesta tan poco el petróleo?, ¿no era el oro negro?, ¿por qué pasó esto y qué podría significar?
La explicación sobre la caída del precio del petróleo es sencilla: hubo un incremento en la oferta (a nivel mundial se está produciendo más petróleo) mientras que, por otro lado, bajó la demanda (como explica el economista mexicano Gerardo Esquivel, Estados Unidos produjo más de lo que esperaba producir y China comprará menos pues su plan económico entró en una etapa en la que dejará de consumir como si no hubiera un mañana).
Los estadounidenses ha tenido un auge de proyectos de gas shale que ha incrementado su producción en un 60 % en los últimos 6 años (es un buen, ni en los sueños más guajiros de Pedro Joaquín Coldwell pasará eso aquí).
Además, según el profesor de economía en Harvard, Martin Feldstein, la aprobación de la reforma energética en nuestro país y el desarrollo de recursos no convencionales en Canadá han generado mayores expectativas de producción en el mercado (es decir, se cree que habrá más hidrocarburos de los que ahora se producen, lo cual hace que no se quieran comprar hidrocarburos muy caros cuando de hecho, en Medio Oriente, se pueden conseguir muy baratos).
Sin embargo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidió, en la reunión que hicieron en Viena hace unos días, que mantendrían la producción actual de 30 millones de barriles diarios, es decir, el grupo decidió dejar caer el precio para defender su participación de mercado ante la nueva ola de producto estadounidense (de no hacerlo, el predominio lo tendría el boom estadounidense).
La OPEP espera que la demanda de petróleo se mantenga a la baja por lo menos hasta el 2017.
Según un artículo de Reporte Índigo, analistas consideran que el precio de petróleo se ubicará en niveles alrededor de los 40 dólares en los siguientes años…todo esto son malas noticas para nosotros.
El plan de Arabia Saudita para terminar con el fracking y la exploración en aguas profundas
El mayor productor de los miembros de la OPEP es la rica Arabia Saudita, país que planea mantener los precios del crudo bajos para acabar con el boom del fracking en Estados Unidos.
Si el precio de los barriles queda demasiado bajo, las ganancias no son tan altas y no vale la pena invertir en proceso tan complicados de extracción de hidrocarburos, como lo es el fracking o la exploración en aguas profundas, ya que la inversión sería mayor y la recuperación de ésta no podría ser tan pronta como se espera. Además, el precio del barril no se ha estancado lo cual tiene en incertidumbre a los inversionistas.
En un artículo de Mother Jones se cita una investigación publicada por Nature y hecha por la University of Texas en el que explican que el boom de Estados Unidos es bastante ingenuo, pues los cálculos y estimaciones hechos por el gobierno estadounidense (creen que sus reservas de gas shale les van a durar 100 años) no están bien hechas y que sus reservas podrían terminarse antes (lo cual es un revés a las estimaciones internacionales).
Parece que copiar a Estados Unidos no es taaan buena idea como pensábamos:
El problema con el fracking radica en que la producción de petróleo a través de este método cae más rápido que utilizando medios convencionales. La Agencia Internacional de Energía calcula que se necesitan 2 mil 500 pozos nuevos al año solo para mantener la producción de 1 millón de barriles anuales en el yacimiento de Bakken, en Dakota del Norte. Para que se den una idea de la enorme diferencia en la inversión, a Irak le bastan 60 pozos convencionales para obtener los mismo resultados.
Los pozos que utilizan el fracking reducen su producción entre un 60 y 70 % solo el primer año, mientras que los tradicionales la reducen en un 55 % en los dos primeros años (los pozos que utilizan el fracking son menos rentables).
Extraer un barril por medio del fracking cuesta entre 60 y 80 dólares… un barril extraído de un pozo tradicional le cuesta a Irak, siguiendo con nuestro ejemplo, 20 dólares. Ahora que el barril se vende en 54 dólares, el fracking (aprobado en la reforma energética en México) parece ya no ser tan conveniente.
Hacer que la inversión en fracking y en aguas profundas sea inviable puede hacer que Arabia Saudita y la OPEP arrebaten el pedazo de mercado en el que se está imponiendo Estados Unidos como súper productor. Esto nos afecta directamente… ¿Ya olvidaron que la reforma energética de la administración de Peña Nieto justo ponía sus esperanzas en el fracking y la exploración de aguas profundas?
¿Cómo se hunden los sueños de la reforma energética?
Bueno, no es que el problema sea insalvable, pero las circunstancias adversas sí nos ponen en una situación de desventaja a la hora de negociar con las empresas extranjeras.
Si el barril se mantiene a la baja (como le gustaría a Arabia Saudita), las nuevas empresas que puedan tener interés en invertir en nuestro país podrían exigir mayores ventajas para hacerlo (lo cual nos trae, como es lógico, desventajas).
Pero no crean que lo que hace Arabia Saudita es la causa de nuestras penas: todo comenzó, como lo pusimos antes, por la súper producción de nuestros socios del norte (fue la imprudencia de Estados Unidos lo que bajó los precios, ahora Arabia Saudita hará que sea la propia súper producción de los Estados Unidos lo que hunda su industria de fracking).
La OPEP espera que su movimiento de dejar los precios bajos limpie de competidores débiles el juego del petróleo (como lo son las empresas de fracking que necesitan mucho dinero para sacar pocos hidrocarburos).
Claro que no esperan que esto siga así por siempre, ya que podría afectarlos a ellos y sus ingresos (como México, los países de la OPEP también dependen del petróleo para sus presupuestos fiscales anuales…es más, de los miembros de esa organización, lo menos felices con las medidas son Venezuela, Nigeria e Irán).
Así que con un fracking inviable y una exploración de aguas profundas que no es nada barata ¿qué le queda al país para negociar los contratos de la Ronda 1 sin sufrir abusos y regalar nuestra riqueza en hidrocarburos?
La generosa Ronda 1
Ayer fue presentada la primera convocatoria de licitación de la Ronda Uno. El secretario de Energia, Pedro Joaquín Coldwell, expresó:
«Por primera vez damos paso a una licitación abierta para las empresas nacionales y extranjeras para explorar y, eventualmente, extraer bloques de petróleo a través de contratos de producción compartida»
El secretario añadió:
«México pondrá fin a su declinación petrolera y gasífica y se reincorporará con fuerza al mercado energético mundial»
La pregunta es ¿con fuerza? Para convencer a las compañías a que inviertan en nuestro país en un ambiente en el que el barril es tan barato, nuestro gobierno podría verse empujado a aceptar contratos no tan convenientes para nosotros. Ese es uno de nuestros principales miedos.
Pero parece que Coldwell sabe algo que nosotros no, porque, según ellos, la reforma llegó justo a tiempo, pues la actual inestabilidad de las cotizaciones mundiales de petróleo:
«viene a subrayar la oportunidad con que México emprendió su reforma energética»
Nos hubiera gustado que abundara más en esta idea y que no quedara solo como un eslogan más para la reforma.
Según Coldwell se ha trabajado para que la contratación y la licitación de los proyectos sea de manera transparente:
«Por ello es definitivo el compromiso del Estado mexicano con la transparencia. Ninguna autoridad decidirá de manera discrecional el resultado de las licitaciones»
Y agregó tajantemente que:
«Es un modelo en el que las decisiones del Estado son públicas»
Según Juan Carlos Zepeda, presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, las primeras bases de la licitación de la Ronda 1 contempla que los contratistas recuperarán el 100 % de sus costos:
«Se trata de un contrato de producción compartida, donde la contraprestación a las empresas que resulten ganadoras es con un porcentaje de la producción. Se contempla también como parte del contrato de producción compartida. como es la práctica internacional, un porcentaje que se destina cada año a la recuperación de costos jacta la totalidad de los costos a lo largo de los años. Hay un mecanismo de recobro de recuperación de costos»
Sobre el criterio de repartición de la producción, agregó que será el motivo de la subasta donde se definirá quién es el ganador del concurso:
«Hay una utilidad que corresponde al Estado y una fracción de la utilidad que corresponderá al contratista, la cual será parte del criterio de subasta. Los licitantes, como se podrá verificar en las bases, van a subastar. Su propuesta económica comprende dos variables: un compromiso de inversión y la participación en las utilidades al Estado»
Todo suena bien, el problema será ver las utilidades que propongan todas… si no, esta ronda será muuuy generosa (y los ingresos del Estado serán muy someros… a ver si no es motivo de una nueva reforma fiscal para solventar las pérdidas que se puedan tener en los ingresos del presupuesto de egresos del 2016… en fin, solo son temores que se nos presentan ante la situación actual).
Aquí está Pedro Joaquín Coldwell diciendo: ¡Porca Miseria!
Según el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, la caída del petróleo no afectará nuestras finanzas del próximo año porque contamos con una cobertura total de los ingresos petroleros del 2015 (aunque no dice nada del 2016 y la OPEP ya dijo que la situación seguirá igual hasta el 2017). Esto significa que nuestro país recibirá 79 dólares por barril y no estará expuesto a las reducciones del precio del crudo… bueno, por lo menos por ese lado, ya que la caída del precio podría afectar las inversiones que nuestro país tanto espera y necesita.
Las estimaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha hecho sus estimaciones para el próximo año y dijeron que habrá una contracción del 6 % en los volúmenes de compra. Solo dar ese dato arrastró las bolsas de valores del mundo. La Bolsa de Valores mexicana cerró el miércoles con una caída del 2.28 %, la peor registrada desde junio del 2013.
Todo parece indicar que la reforma energética no traerá los beneficios a largo plazo que prometieron o que podría afectarnos económicamente en poco más de un año ¿qué estrategias se están trazando para que esto no pase? Digo, ya nos embarcaron en esto de la inversión extranjera, ahora que no resulte que no supieron cómo llevarlo a buen puerto.
@Filosofastrillo para @plumasatomicas