El domingo pasado (25 de febrero) inició la 7º ronda de conversaciones entre Estados Unidos, México y Canadá para renegociar el mayor acuerdo de libre comercio del planeta.
Sin embargo, el jefe negociador estadunidense en materia de las reglas de origen del sector automotriz, Jason Bernstein, fue llamado para regresar a Washington y sostener pláticas con las armadoras de autos Ford, General Motors y Chrysler.
El jefe negociador mexicano, Kenneth Smith, confirmó “esto no significa que haya habido un rompimiento con Estados Unidos, es una cuestión de agenda, por lo que buscamos la posibilidad de recalendarizar las mesas al tiempo que se busca el regreso del negociador en los próximos días”.
Viendo la situación de manera general, México ya no está ubicado como principal objetivo de los ataques de Estados Unidos: ahora la traen en contra de Canadá.
El primer ‘agarrón’ que tuvieron los dos países fue justo en la conferencia de prensa que anunciaba el término de la 6º ronda de negociaciones hace un mes en Montreal Canadá. El máximo responsable político de la negociación por el lado estadounidense, Robert Lighthizer, aprovechó el momento para reprochar una acción emprendida por su vecino del norte en la Organización Mundial del Comercio y sacó a relucir una de las mayores preocupaciones de Trump: el déficit comercial entre los dos países.
Ottawa llegó a la OMC por el supuesto mal uso de los aranceles antisubsidios y antidumping, por lo que el Departamento de Comercio de Estados Unidos se vió obligado a retirar un gravamen especial sobre las importaciones de aviones CSeries del fabricante canadiense Bombardier.
El segundo ‘encontronazo’ público tuvo lugar el martes pasado cuando el jefe de la delegación canadiense, Steve Verheul, acusó al gobierno de Estados Unidos de preferir debilitar a sus dos socios comerciales en lugar de garantizar que los tres países norteamericanos salgan beneficiados de la negociación.
“Hemos logrado lo que caracterizaría como un progreso bastante limitado en términos generales. El problema principal es la flexibilidad limitada de Estados Unidos, incluso en cuestiones bastante sencillas”, dijo Verheul en una conferencia celebrada en la capital canadiense.
Por su parte, del lado estadounidense, Lighthizer respondió a la ‘te digo Pedro para que me escuches Juan’: dijo que las conversaciones con México para la renegociación del acuerdo iban muy bien…. le faltó un ‘no como con OTROS’.
De acuerdo con información del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, presentada en El País, el principal problema entre estos dos países radica en que Estados Unidos no quiere aceptar las condiciones de Canadá en la nueva metodología sobre reglas de origen en el sector automotor y en el nuevo mecanismo sobre solución de controversias.
Foto destacada: El Financiero