En una entrevista mantenida recientemente entre el diario La Jornada y José Alfonso Suárez del Real, subdirector general de administración y finanzas del Sistema de Transporte Colectivo (STC), el funcionario responsabilizó al Gobierno Federal de haber orillado al del Distrito Federal a aplicar el incremento al boleto del metro. El GDF busca con ello, según sus palabras, garantizar la autonomía del STC y evitar así su privatización. Nosotros seguimos preguntando: ¿y la mala administración, apá?
Suárez del Real comparó las tácticas usadas por el Gobierno Federal para limitar los recursos del metro con las aplicadas recientemente al sector energético:
Es una inercia financiera que tiende a llevar a un esquema tipo Pemex: no invertir, dejar que se deteriore y luego argumentar que la única salida para que funcione bien es privatizarlo.
Afirmó, así mismo, que el aumento al metro representa la pieza central de un plan que el Gobierno del Distrito Federal ha puesto en marcha con miras a conservar el carácter público de la empresa y así evitar una privatización que, de otra forma, resultaría inevitable. “Rescate de la empresa pública”, lo llama.
“Entendemos que el Metro es una empresa pública que tenemos que rescatar, que no se acumule el pasivo depreciado. Ahora 105 trenes –una tercera parte de la flotilla, 390– están fuera de servicio por falta de mantenimiento. Si las cosas siguen así, en 2015 serían 155 trenes. Llegaría un momento en que diríamos: ‘no se puede’. La tendencia general ante esas situaciones es privatizar. Lo digo abiertamente: queremos entregar una empresa pública sana, que no corra los riesgos ante un posible cambio de gobierno que no entienda la empresa social. Si no fortalecemos la empresa pública Metro estaríamos dando en charola de plata procesos de privatización, semiprivatización o privatización simulada.”
El funcionario afirmó también que parte del proceso de “rescate” incluye el ajuste a los cobros por publicidad en el metro. Afirmó que actualmente se cobra muy poco a los particulares que ponen anuncios en estaciones y trenes, así como a quienes tienen locales que dependen del sistema. Por aquellos conceptos, el metro “percibe ahora 210 millones de pesos efectivos anuales. Es una bicoca.”
No obstante, aún asumiendo que lo señalado por Suárez del Real fuese verdad (lo que no suena descabellado), esto no explica por qué se ha hecho un uso tan cuestionable de los pocos o muchos recursos que el sistema recibe, tal como se detalla a continuación:
La responsabilidad de Gobierno Federal señalada por el subdirector general de administración y finanzas del STC sólo suma un elemento más a una serie de irregularidades que muestran una compleja red de corrupción de la que individuos de muy distintos niveles forman parte. En todo caso, echarse la bolita no soluciona nada.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Hacienda de la ALDF, Héctor Saúl Téllez, informó que se puso sobre la mesa constituir un fideicomiso para el manejo de los recursos que resulten del aumento a la tarifa del metro. Esperamos que éste se administre con más transparencia que las finanzas del sistema en general.
En la imagen: José Alfonso Suárez del Real con cara de “¡Cuántos aumentos más, Mancera, Peña Nieto!”
