ACTUALIZACIÓN: Después de las presiones y críticas en su contra, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, entablará un diálogo telefónico con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, para abordar los efectos del sismo de magnitud 8.2 que afectó el sur y centro de nuestro país el pasado jueves 7 de septiembre. De acuerdo con la agencia Reuters, la llamada está programada para este martes 12.

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Después del devastador paso del huracán Harvey por Texas, el Gobierno de México expresó sus condolencias, se solidarizó con las víctimas y hasta ofreció enviar ayuda —como en ocasiones anteriores— para los damnificados. “Hemos ofrecido al gobierno estadounidense toda la ayuda y colaboración que puedan brindar las distintas dependencias gubernamentales mexicanas para atender los impactos de este desastre natural, como deben hacerlo siempre los buenos vecinos en momentos de dificultad“. Así se expresó la Secretaría de Relaciones Exteriores algunas horas después de que el presidente Donald J. Trump escribiera que nuestro país se estaba haciendo el “duro” en la renegociación del TLCAN, que el muro tenía que construirse cuanto antes debido a que México es una de las “naciones con más crimen en el mundo” y que, obviamente, el costo total de la obra sería apoquinado por nosotros.

Lo que siguió fue algo más bien irrisorio. Después de las complicaciones y las polémicas implícitas en el caso, por la tensión en las relaciones bilaterales, Greg Abbott, gobernador de Texas, aceptó la ayuda proveniente de México. Esta consistía en el envío de vehículos, botes, suministros y comida, además del apoyo de un grupo de 33 voluntarios de la Cruz Roja. El lunes 4 de septiembre, Carlos Manuel Sada, subsecretario de Relaciones Norteamericanas de México, confirmó que nuestro gobierno iba a enviar 25 remolques llenos de productos como arroz, frijol, café y chocolate, así como 300 camas, nueve generadores eléctricos, equipos de tratamiento de agua, tres cocinas móviles y equipos de radio y satélite.”Si fuera al revés, creo que nos ayudarían también“, dijo Sada. Tres días después, el sismo de magnitud 8.2 azotó la zona sur y centro del país, dejando hasta el momento un saldo de 96 personas muertas y casi millón y medio de damnificados.

Tras las afectaciones en Oaxaca, Chiapas y Tabasco, además de los daños que dejó el huracán Katia en Veracruz, el gobierno mexicano se vio obligado a cancelar el envío de ayuda a Texas para canalizar esos apoyos a las familias y comunicadas afectadas por los fenómenos naturales. “Esta decisión se toma a partir de que las condiciones de ambos países han cambiado y con base en que las necesidades de ayuda en Texas afortunadamente han disminuido”, señaló la SRE en un comunicado.

Hotel Ane Centro, en la localidad Matías Romero del estado de Oaxaca, quedó destruido tras el terremoto que sacudió a México el pasado jueves Foto: Getty Images

Donald Trump no ha dicho ni pío en los cinco días posteriores al sismo. El magnate ha hecho mutis respecto a los desastres naturales que azotaron México en los últimos días. El diario Los Angeles Times critica esta postura, ya que en situaciones similares, el presidente de Estados Unidos suele enviar mensajes de apoyo o condolencias a sus países aliados. “El silencio de Trump, mientras las cifra de muertos por el temblor subía, fue visto como otro signo de la actitud fría del presidente hacia México“, indica el periódico angelino.

El gobernador Greg Abbott, a diferencia de Trump, mandó rápidamente sus condolencias a los mexicanos. “Nuestro corazón están con las víctimas de esta tragedia devastadora y sus familias. México estuvo con Texas en tiempos de necesidad, Texas estará con México y proporcionará cualquier ayuda y asistencia que los ayude a recuperarse de este desastre”, escribió el mandatario el viernes 8 de septiembre, apenas unas horas después del sismo.

Rex Tillerson, secretario de Estado, y el canciller Luis Videgaray Caso Foto: Miguel Tovar/LatinContent/Getty Images

Ayer, lunes 11 de septiembre, Rex Tillerson, secretario de Estado, se comunicó con el canciller Luis Videgaray Caso y aseguró que el Gobierno de Estados Unidos está listo para apoyar a los afectados por el sismo de magnitud 8.2 y del huracán Katia. En un breve comunicado, Tillerson ofreció condolencias por los daños de ambos fenómenos naturales y ofreció “ayudar a nuestros vecinos de México en este tiempo difícil”. Todavía el pasado 10 de septiembre, el presidente Enrique Peña Nieto envió un mensaje en el que se mostraba solidario con el pueblo estadounidense tras el virulento paso del huracán Irma. De acuerdo con el analista Alejandro Hope, “si Trump o el gobierno de EUA no tuvieron un gesto de solidaridad con México similar al nuestro, el costo político es de ellos”. ¿Ustedes qué opinan?

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