“Nenenenene qué vas a ser… cuando seas grande”, decía una canción ochentera que a lo largo de nuestra vida hemos escuchado hasta el hartazgo, pero que hoy, en aras de la ternura tuvimos a bien recordar. Y es que,nada más hermoso que la ilusión de un padre al pensar en qué se convertirá su hijo cuando crezca.
Queridos Sopicuates, hagan el bello esfuerzo de recordar su tierna niñez, cuando con una ilusión desbordante imaginaban lo que serían cuando crecieran. Si al hacerlo se les escapa una lágrima, no se repriman, hasta a los hombres más duros nos pasa.
¡Con que alegría soñábamos con ser bomberos, policías, astronautas, futbolistas, ginecólogos doctores, músicos y un sin número de oficios que nos parecían sensacionales.
¡Yo quiero ser detective mami!
¡Yo trovador chairo de restaurante de Coyoacán!
¡Yo franelero de Polanco!
¡Yo paleontólogo para estudiar a los priistas!
¡Ay con qué ilusión queríamos crecer!
Por eso le damos las gracias a Eric Maloberti, padre de tres hijos, quien tuvo la ocurrencia de comenzar a disfrazar a su pequeña bebé con atuendos de diferentes carreras que ella podía estudiar en el futuro, creando así divertidas imágenes que seguramente algún día le enseñará a los pretendientes de su hija.
¡¡¡Ay la magia de ser padre y pasar bonitos momentos con los hijos!!!
Después de retratar a sus hijos, este fotógrafo encontró su verdadera profesión. Junto con su esposa comenzó a diseñar pequeñas ropitas y accesorios para captar imágenes similares de otros bebés.
“La idea detrás de la propuesta es que no sabemos en qué se convertirán nuestros hijos. Como padres, nosotros esperamos que nuestros hijos se vuelvan símbolos e iconos: como un atleta, una reina de algún certamen de belleza o una estrella de rock. Creo que la idea divertida y así comenzó mi proyecto”, comentó Eric
Esta familia de ‘papis alivianados’, vive en París, y han querido compartir con el mundo algunas de sus fotografías más lindas. Y nosotros, con la sensibilidad a flor de piel lo agradecemos.
Vean las ropitas, la inocencia de un bebé que le dice a la vida ‘mira, estoy listo para empezar la aventura’. Las caritas tiernas de los bebés que nos derriten de melosa dicha.
Ahhhhhh, es que no puedo contenerme cuando veo imágenes así…
Véanlos, son adorables:
Ayyyyyyyy Ternuringaaaaa!!!! De verdad veo las fotos y un calorcito de paz invade mi corazón. Sonrío, tomo aire y vuelvo a exclamar… ¡¡¡Ternuringaaaa!!!
Ahhhhhhhh… no puedo más. Hoy el amor de estos pequeños acarició y consoló a mi alma solitaria.
Por cosas así, vale la pena formar parte de este hermoso universo.