“Todo lo que nosotros tenemos es para lo que vos de ello quisieras disponer. Estáis en vuestra naturaleza y en vuestra casa”, esas palabras fueron, supuestamente, las que le abrieron las puertas de Tenochtitlán a Hernán Cortés. El conquistador interpretó —en unas cartas que enviaría al rey Carlos I— que Moctezuma rendía el Imperio Mexica a la Corona de España.

Sin embargo, esas palabras, que simbólicamente desataron la caída de la gran ciudad, tienen un grandísimo asterisco encima.

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“Ilustración titulada ‘Entrada de Cortés a México’, que representa el primer encuentro de Hernando Cortés y Moctezuma, 8 de noviembre de 1519. Litografía en color”. Foto: Getty Images.

La traducción del náhuatl al castellano pasó por la mente de dos intérpretes. Dos personajes ilustres de la historia de la caída de Tenochtitlán, cuyo papel es mucho más grande de lo que todos recordamos. Hablamos de Jerónimo de Aguilar y por supuesto, Malintzin. 

Dos personas que, quizá, con la fuerza de sus palabras le dieron forma al encuentro de dos mundos.

¿Cómo funcionaba este teléfono descompuesto histórico? Durante la campaña de los españoles en tierras aztecas, Hernán Cortés le hablaba a Jerónimo de Aguilar en castellano. Aguilar a su vez, lo traducía a una versión antigua de chontal que se habla en Tabasco.

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Foto: Getty Images.

Malintzin recibía el mensaje y de ahí, lo interpretaba al náhuatl.

Eso lo sabemos gracias a la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, la obra de Bernal Díaz del Castillo, que cuenta —al final del Capítulo XXXVIII por si quieren echarse un clavado:

“Y volviendo a nuestra materia, doña Marina sabía la lengua de Guazacualco, que es la propia de México, y sabía la de Tabasco, como Jerónimo Aguilar sabía la de Yucatán y Tabasco, que es toda una; entendíanse bien, y Aguilar lo declaraba en castellano a Cortés. Fue gran principio para nuestra conquista, y así se nos hacían todas las cosas, loado sea Dios“.

Y bueno, quienes eran estos dos intérpretes, qué papel tuvieron en la Conquista y cómo, con sus palabras, participaron en la caída de la gran Tenochtitlán. Acá te contamos su historia.

¿Quién era Jerónimo de Aguilar?

Jerónimo de Aguilar era un clérigo nacido en Sevilla que llegó al continente americano muchos años antes que Hernán Cortés.

Venía en una expedición que terminó hundiéndose cerca de Yucatán y fue uno de los dos únicos sobrevivientes —el otro, se llamaba Gonzalo Guerrero y tiene una historia espectacular, que les contamos otro día. Jerónimo terminó siendo esclavo de un cacique en la Península.

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Foto: Getty Images.

Detalle curioso. Cacique, es una palabra usada nomás por los españoles en sus narraciones. Si le calculamos a la época o la zona, un líder de esas comunidades mayas habría sido llamado, correctacmente, Halach Winik. 

Volviendo al tema: Jerónimo de Aguilar pasó ocho años como esclavo.

Bernal Díaz del Castillo —en el capítulo XXIX por si lo tienen a la mano— cuenta que los conquistadores se enteraron de su presencia en Cozumel, lo recogieron y a cambio, le dieron a su amo, una carta para que otros españoles “no les hiciesen agravios”.

De ahí en adelante Aguilar acompañó la empresa y llegó, junto a Cortés y Malintzin a Tenochtitlán.

¿Quién era Malintzin?

Esa está complicada.

Según Bernal Díaz del Castillo —en el Capítulo XXXVII—, ella nació cerca de lo que hoy es Coatzacoalcos en una familia noble. Después de la muerte de su padre, fue regalada como esclava. Pasó por muchas comunidades, muchos “dueños” y terminó conociendo a los españoles en Potonchan, en Tabasco.

Fue regalada a los conquistadores junto a otras mujeres esclavas y ahí, fueron ellos quienes la bautizaron como Marina.

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Foto ilustrativa: Getty Images.

Curiosamente nadie conoce su nombre original.

Todas las versiones, diferencias y apodos surgen del bautizo en castellano. Primero, los pueblos del valle de de México le decían Malinali porque no existía la pronunciación de la R. Luego —cuando vieron su importancia— le agregaron un sufijo para demostrar su puesto como intérprete y se convirtió en Malintzin. Los españoles, no cacharon la pronunciación de la TZ  le dijeron Malinche. 

Ella acompañó a los conquistadores y funcionó como la traductora del chontal al náhuatl en Tenochtitlán.

¿Qué papel tuvieron en la caída de Tenochtitlán?

Antes de que Malintzin aprendiera castellano y Jerónimo de Aguilar dejara de ser necesario, ambos tenían el poder de comunicarse directamente con los líderes indígenas en México. Y claro que aprovecharon su posición. 

“Los traductores eran en muchas ocasiones enviados como una especie de embajadores para hablar con los diferentes señores indígenas. También hicieron un trabajo de explicar la misión de los españoles”, contaba Carlos Conover Blancas, investigador del Centro de Estudios Mayas.

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Foto: Getty Images.

Jerónimo de Aguilar y Malintzin no solo tuvieron en sus mentes, en su lengua y en sus habilidades de traducción las últimas frases de Moctezuma en Tenochtitlán.

Fueron el contacto directo con todos los otros pueblos de la región quienes se unieron a la empresa de los españoles.

Eran intermediarios, pero también fueron consejeros. Sin embargo, fueron algo todavía más importante. Estos dos intérpretes fueron personajes que acumularon uno de los bienes más valiosos en la historia de la humanidad. Información.

Ellos decidieron qué decir y qué callar.

Cuentan que, antes de morir, el joven tlatoani Cuauhtémoc acusó a Malintzin por sus “falsas palabras”. Tal vez, no fueron falsas. Solamente fueron cuidadosamente elegidas mientras brincaban, del castellano al chontal y de ahí al náhuatl.

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Soy Max Carranza y me he pasado la vida rodeado de memes, cultura digital y bastantes horas frente a las pantallas. En el camino me encontré la pasión por abordar los temas sociales más urgentes e intentar...

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