Será el remordimiento de conciencia o que un espíritu chocarrero los persiguió por sus malas acciones, pero una historia en la India nos sacó una carcajada y de paso, sí levantó bastantes cejas en el camino. Resulta que unos ladrones, que hace algunas semanas robaron un Templo hindú, terminaron regresando su preciado botín.
¿La razón? Según su testimonio, las reliquias religiosas que se llevaron les daban pesadillas. No descansaban y no podían dormir.
El inspector de policía encargado del caso le comentó a The Guardian que las estatuillas religiosas aparecieron en la puerta del Templo de la India. Estaban acompañadas de una carta en la que explicaban sus acciones.
“No hemos podido dormir, comer o vivir en paz. Estamos cansados de las pesadillas, los sueños tenebrosos y les regresamos sus objetos valiosos”, decía la carta —originalmente escrita en hindi— con la que los ladrones confesaban su delito y pedían disculpas por el robo religioso.
El Templo y sus reliquias tenían más de 300 años de historia en la comunidad de Uttar Pradesh, al norte de la India.
Y ahora, ahí les va todo el enredo religioso que está interesante: las reliquias robadas —que causaban pesadillas— estaban dedicadas Venkateswara. No es una deidad tan conocida por ser “patrono” de una pequeña comunidad, pero es un personaje milenario que se enfoca en “alejar los problemas”. Según la mitología de la India su importancia radica en ser una encarnación de Vishnu.
Vishnu es una de las principales deidades del hinduismos y forma parte del Trimurti, la divina trinidad de dioses en la India.
Entre las reliquias robadas —la más simbólica y la que más pesadillas generaba, creemos— estaba una estatuilla de Venkateswara que pesaba más de 5 kilogramos por estar elaborada con Ashtadhatu, una combinación de ocho metales que se usa para las ceremonias religiosas.