Colima es el tercer estado más pequeño de México. Su población no pasa del millón de habitantes; de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2015 la entidad contaba con 711 mil 235 pobladores. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el índice de desarrollo humano de la entidad hace seis años era de los más altos de México, ubicándose en la sexta posición a nivel nacional. Anteriormente, la entidad era conocida como una tradicional zona de descanso, “el estado más seguro del país” y hasta era publicitada en el extranjero como “el lugar donde no pasa nada“, hasta que algo pasó. De acuerdo con cifras actualizadas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2016 ha sido el año más violento durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y Colima, el fiel reflejo del problema: el estado que colinda con Jalisco y Michoacán lideró los índices de homicidio doloso, fue el sitio que registró un mayor repunte en los índices de asesinato y también más incidencias.
Lectura: ¿Qué es lo que sucede en Colima y por qué debería de importarnos?
Este viernes 4 de agosto el periódico estadounidense The New York Times publicó un reportaje titulado El año más violento en México, visto desde uno de los municipios más peligrosos, en el cual se expone la violencia en nuestro país desde el municipio colimense de Tecomán, uno de los más azotados por la crisis de inseguridad. De acuerdo con cifras recogidas por el diario, Tecomán fue uno de los municipios que registró una mayor tasa de homicidios el año pasado, al marcar 151.8 casos por cada 100 mil habitantes. Esta cifra es preocupante incluso para los estándares del estado, el cual registra una tasa promedio de 42.12 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes. Es decir, el municipio superó más de tres veces el promedio de todo Colima y casi diez veces el promedio nacional. Lo peor del caso es que, según las prospectivas del diario, la cifra de asesinatos en esta demarcación podría aumentar al doble este año.
En entrevista con el diario, José Guadalupe García Negrete, presidente municipal de Tecomán, declaró: “Lo que está pasando aquí está pasando en todo el estado, todo el país (…) es como un cáncer“. Y ni cómo refutar su afirmación. En México se contabilizan más de 170 mil muertes relacionadas con la guerra contra el narcotráfico, más de 30 mil víctimas de desaparición forzada y miles de millones de dólares gastados para tratar de paliar la violencia. Tan sólo en el primer semestre de 2017 se han registrado más asesinatos a nivel nacional que en el mismo periodo de los últimos veinte años, cuando comenzaron este tipo de registros. Mayo y junio de este año han roto récords en materia de homicidios dolosos en comparación con las últimas dos décadas. Basta con googlear la palabra Tecomán para hacerse un poco a la idea de lo que pasa por aquellos rumbos:
- Balean a jovencita en el centro de Tecomán, esta madrugada.
- Reportan un ejecutado en la Plaza Progreso en Tecomán.
- PC y Semar buscan a joven desaparecido en playa de Tecomán.
- En plena luz del día ejecutan a un joven en Tecomán.
- Matan a un hombre dentro de una vivienda en el fraccionamiento San Ignacio de Tecomán.
- Esta mañana, encuentran cuerpo sin vida en un predio de la colonia La Estación de Tecomán.
- En Tecomán asesinan a un ciclista y localizan cuerpo.
Estos encabezados se remontan solamente a los últimos dos días en el mortífero municipio colimense. La corrupción en las estructuras de la policías municipales y estatales, la fragmentación y posterior proliferación de los grupos criminales después de que sus líderes han sido arrestados o abatidos, el aumento en la demanda de drogas en Estados Unidos y el flujo de armas y dinero que se envía a México desde tierras estadounidenses son algunas de las causas que explican la crisis de violencia que arrecia en gran parte del país. Aunque ahora el repunte de las cifras se le quiere achacar al nuevo sistema penal.