Por mucho tiempo, varias campañas de salud combatían la propagación de la malaria promoviendo el uso de insecticidas y mosquiteros. Y es que como sabemos, una de las formas más comunes de propagación de esta enfermedad es por medio del piquete de mosquitos.
Ahora, a estas medidas precautorias también habrá que agregar el usar talco desodorante para los pies.
De acuerdo a un estudio de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, publicado en mayo por la revista PLoS One, los insectos infectados con malaria se sienten más atraídos (3 veces más) al mal olor de un calcetín, que aquellos moscos “normales”.
De acuerdo a los investigadores, gracias a este descubrimiento podrán crearse trampas que funcionen exclusivamente para atrapar a los insectos portadores. Al estar dirigidas únicamente a un pequeño segmento de los mosquitos, se evitaría que estos mosquitos se vuelvan resistentes al insecticida.
“Los pies malolientes sirven para algo, después de todo. Cada vez que identificamos un nuevo factor de la interacción del mosquito de la malaria con nosotros estamos un paso más cerca de controlarlo mejor”, comentó el doctor James Logan, director de la investigación.
Desde hace tiempo se sabía que los mosquitos son atraídos por el olor de los humanos, pero se desconocía si esto aumentaba en los insectos enfermos.
Para Andrew Read, profesor de biología y entomología en la Universidad de Pennsylvania, “el único modo en que los mosquitos podrían desarrollar resistencia es si se vieran menos atraídos por los olores humanos. Y si hicieran eso y empezaran a alimentarse con otra cosa (por ejemplo vacas) estaría bien”.
Read se mostró optimista de que esta misma estrategia podría servir para combatir otras enfermedades, como la encefalitis japonesa y el dengue.
El próximo paso será identificar qué componentes químicos del hedor de pies son los que atraen a los moscos con malaria, para usarlo en trampas. (Conozco varios amigos que podrían ayudar en la investigación mandando sus calcetines apestosos).
Como dato curioso, algunos quesos tienen el mismo olor que los pies, sin embargo, los mosquitos tienen tan desarrollado el olfato, que con los años aprendieron a diferenciarlos. De ahí la dificultad de desarrollar estas nuevas trampas:
“Los mosquitos no se ven atraídos al queso porque se han desarrollado como para distinguir la diferencia. Hay que conseguir la mezcla, porcentajes y concentraciones de esas sustancias químicas con exactitud, porque de otro modo el mosquito no pensará que se trata de un ser humano”.
Anualmente la malaria mata a más de 600 mil personas. Las principales víctimas son niños africanos. Si te rugen las patrullas y andas en un lugar tropical, ponte abusado.