Una tapa es una rebanada de pan sobre la que extiendes tomate, jamón, sardinas, quesos u otra cosa, y que acompaña el vino y otras delicias españolas. Los Pintxos (pinchos) suelen ser más grandes y se asocian a la gastronomía vasca. En México hay estupendos sitios para comer todos estos bocados, y más allá de 100 Montaditos que ofrece una gran variedad de tapas, y que acierta en precio pero no tanto en la más alta calidad, hay un par de sitios que quiero recomendarles y que son estupendos.

Jaleo: Algunos años después

Pedro Martín insiste en ofrecer una cocina basada en el producto, la calidad y el sabor.

“Así de simple. Somos un bar de tapas, cambiamos algunas cosas pero siempre encuentras platos que se han hecho clásicos y que la gente exige”.

Jaleo es un espacio muy estrecho, vecino del Entrecote y la Casa Portuguesa frente al parque Lincoln. Es una tripa que alberga poca gente. Los lugares se pelean. Llegan comensales sin remilgos a pagar lo que les gusta. Arriba hay una cocina minúscula de 3 o 4 metros por 1.50m (auténtico) que produce milagros. Para Martín…

“Estos chefs son los héroes ellos son los que cocinan y a los que hay que aplaudir”.

No hay mucho que añadir, además de lo que ofrece cualquier bar de tapas, pero lo que se establece en la mesa, deja bien claro que el sabor predomina de tal forma que puede competir con otros sitios, que no venden tapas, pero cuyos platos no dejan la misma sensación al paladar, ni los mismos aromas, ni las mismas texturas; tampoco sensaciones tan generosas.

El pulpo con patatas bravas nos generó un reencuentro con texturas que considerábamos perdidas en estos platos; los calamares y su mayonesa tan aparentemente vulgares no te dejan de gustar nunca; y tiene chuletones y albóndigas y las clásicas tortillas con variantes, y una serie de tapas que llegan solas o acompañadas.

El crecimiento de este sitio es notable en sabor y si bien el servicio es un poco lento, lo que ahora entendemos al visitar la cocina, lo que entrega impresiona y satisface; te vas contento de haber comido rico y bebido un tinto sin mucha hidalguía pero buen temple. Vamos, Jaleo es un bar de tapas, pero ojalá hubiera más como él.

Emilio Castelar 121, Polanco. T. 5281 8970.

La Taberna del Chanclas

Jean Claude, el chef, trabajó varios años en Casa Lucio en Madrid, por lo tanto el que le salgan bien los huevos rotos, como allá , y los presente de tres formas distintas, no es una proeza, pero sí es lo que atrae a mucha gente. El lugarcito apenas tiene tres años y es uno de los sitios más exitosos de la Condesa. Se puso con amor y con la idea de aprovechar cada espacio posible. Deviene en un bar de tapas como los hay en cada esquina en España, sin más afán que entregar buenos bocados y hacer feliz a la gente.

Juzgar su cocina es un oficio incoherente. Es muy simple y se esfuerza por apegarse a la memoria del comensal, aunque también intenta sorprender, como cuando entrega unos deliciosos jitomates rellenos de queso de cabra. Y si sus ensaladas no son gran cosa pero sus croquetas enamoran, eso es parte del ir y venir. Allí en la Condesa dejará un pedazo de historia gastronómica con su terracita acogedora aunque casi se sitúe al borde de dos avenidas. Hay vino a buen precio para beber cómodamente y un servicio justo, sin palabras. El ambiente es perfecto y alcanza para hacer fiesta. El Chanclas, su chef, tiene experiencia y eso es algo que traspasa al plato.

Aguascalientes 206, Condesa. T. 5264 3997

Por: César Calderón
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