Como la chamba se les junta o porque de plano no saben ni qué diablos se hace en el puesto que les fue designado, senadores tienen que recurrir a asesores que año con año incrementan sus servicios… claro, no hay problema: la casa paga.
Según información de Reforma –nada más para que se den un quemón- en el último reporte de gastos del 2014 consta que la honorable cámara alta pagó casi 497 millones de pesos para que 128 senadores recibieran sus respectivas asesorías… en distintas áreas hay que decirles cómo hacer su chamba: legislativa, secretarías técnicas, parlamentaria y administrativa.
La millonada que derrochó el Senado está por encima de lo reportado en el mismo periodo de 2013: 16.53% más, para ser exactos… además, se reporta que se distribuyeron cerca de 86 millones de pesos en servicios varios: profesionales, consultorías, asesorías y capacitaciones, cifra que está 36.69% más elevada que la partida del año pasado (2013).
Bueno, al menos lo reportan –dirán algunos- pero hay que tener en cuenta que a todos estos gastos que se hacen evidentes se les deben sumar millones que se ocultan en bolsas de grupos parlamentarios y comisiones legislativas.
Otro de los rubros en que la cámara alta incrementó su gasto fue en la realización de ceremonias y foros en las que ya sea que se autocelebran o invitan a alguien a que les aplauda por sus logros legislativos… es decir, el gasto relacionado a los Servicios Oficiales. ¿Nada de malo en querer dar una buena imagen? Pues es discutible: lo asignado para esta tarea creció 78.2 %, de 12.43 millones a 22.11 millones de pesos en sólo un año.
¿Más incrementos? Seguro: el costo de los alimentos que se empacan los senadores aumentó 65.22%, evidencia de que piden para llevar o algo raro está ocurriendo con su metabolismo… de gastar 12.29 millones de pesos pasaron a desembolsar 20.31 millones de los nacionales…
Lo bueno es que son austeros, porque sino…