Si cada mañana que sales al trabajo y vez echadote a tu mascota piensas: “Quién fuera él para no preocuparme de nada”, tienes que leer esto.
De acuerdo a la especialista en comportamiento animal Aline Aublé, al igual que sus amos, los animales experimentan depresión cuando se acaban los periodos en los que todo es dicha, felicidad y descanso, o sea, las vacaciones.
Así es, todo indica que cuando las mascotas cambian su comportamiento y de un día para otro se les da por ladrar de más, arañar o morder las cosas, destrozar los muebles u orinarse dentro de la casa, es síntoma de que el fiel compañero resiente la falta de compañía que tuvo por montones durante las vacaciones.
Y es que ¿cuántos de nosotros cuando tenemos tiempo libre sacamos a pasear al perrito o vemos películas mientras le hacemos piojito al gato?… obviamente el pobre animal siente melancolía por ese tipo de cuidados que debido al regreso al trabajo o escuela dejamos de hacerle.
¿Y cómo resarcir el daño? La veterinaria Céline Moussour aconseja “terapias ocupacionales”, para mantenerlos distraídos en lo que su amo llega a casa: “recomiendo esconder croquetas en diferentes lugares de la casa, ya que por naturaleza a los gatos les gusta cazar mariposas y roedores buena parte del día”.
Sin embargo, también hay que darle una paseadita a la mascota, al menos una vez a la semana. Esto para que el animal conserve su buen humor y se distraiga de la monotonía del día a día. Él y tus pertenencias te lo agradecerán.