Ayer en Tamaulipas ocurrieron hechos diferentes a los reportados en septiembre pasado en Guerrero y Puebla, por ejemplo, donde grupos del Ejército fueron emboscados y soldados murieron.
Según informó la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), ayer, alrededor de las 14:30 horas, un grupo de personal militar fue emboscado por civiles armados. Sin embargo, las fuerzas militares reaccionaron ante la agresión, logrando repeler ésta.
“Personal militar adscrito a la Octava Zona Militar con sede en el estado de Tamaulipas fue objeto de una agresión por personas quienes se encontraban ocultas entre la maleza”, señala el informe oficial de la SEDENA.
De acuerdo con el reporte, el grupo militar realizaba un patrullaje de rutina en la carretera Reynosa-Miguel Alemán, cuando a la altura del sur del poblado de Los Ángeles, civiles armados los trataron de agredir. Los soldados reaccionaron, comenzando un enfrentamiento que dejó un total de 11 muertos. Ninguno de ellos por parte del Ejército. Ni siquiera un herido.
Tras la refriega, los militares lograron el aseguramiento de 11 armas largas tipo AK-47, más conocidas como “cuernos de chivo”, así como un artefacto explosivo que algunos medios señalan que se trata de una granada.
El año pasado, el Ejército fue blanco de agresiones en diferentes estados de la República… al inicio, se trataron de “simples” choques con civiles a los que los efectivos no respondieron, justificando que el Ejército “no caería en provocaciones”, para así evitar masacres de proporciones vistas en otras administraciones.
Sin embargo, luego las cosas se tornaron más ríspidas, ocasionando enfrentamientos en los que militares perdieron la vida o resultaron heridos. Ante ello, la SEDENA advirtió que actuaría “en defensa legítima”, es decir, sólo atacaría en caso de ser atacado. Esperemos que lo ocurrido ayer en Tamaulipas haya sido el caso.