A finales de marzo, les platicamos sobre lo que la prensa decidió llamar “el mayor ataque cibernético de la historia”, un evento que supuestamente ralentizó internet a nivel mundial.
Pasado el escándalo mediático, se supo que el ataque no había llegado a tal nivel, aunque sí logró una dimensión masiva que afectó a servidores de varios países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Holanda. Esto causó que las autoridades comenzaran una investigación para encontrar a los responsables de lo sucedido, dando con el nombre de un holandés de 35 años: Sven Olaf Kamphuis.
Y es que el ataque tuvo su origen en una disputa entre las compañías Spamhaus y Cyberbunker, ya que la primera proporciona servicios de anti-spam a proveedores de correo electrónico, y recientemente había añadido en su “lista negra” a los servidores de Cyberbunker. Fue por ello que el 18 de marzo se dio inicio a un ataque DDoS masivo en contra de Spamhaus, logrando dejar fuera de servicio a sus servidores y afectando otros de varias partes del mundo.
Todo apuntaba a que los responsables del ataque habría gente relacionada con Cyberbunker, hasta finalmente las investigaciones dieron con un grupo llamado “Stophaus”, el cual era encabezado por Sven Kamphuis. De esta forma, la policía holandesa comenzó con la búsqueda de este hombre, ubicando su residencia en España (específicamente en poblado de Granollers) y descubriendo sus actividades con el nombre de usuario “cb3rob”, bajo el cual relataba –sin mucho pudor– en redes sociales los detalles de los ataques.
Fue así como el pasado jueves 25 de abril, Kamphuis fue detenido en su domicilio por una operación conjunta de la policía española y holandesa, quienes confiscaron computadoras y documentos relevantes para el caso.
Sven Kamphuis al momento de su detención, usando una camiseta del Partido Pirata
Una de las cosas que más ha llamado la atención, es la versión de las autoridades en la que confirmaron que Sven Kamphuis usaba como base de operaciones un antiguo bunker, así como una camioneta en la que transportaba su oficina equipada con “diferentes antenas para escanear frecuencias”. Una historia digna de Hollywood.
Ahora el holandés se encuentra esperando a ser extraditado a su país de origen, donde será juzgado por uno de los casos informáticos más controvertidos y delirantes de los que se tenga memoria. Por su parte, Kamphuis ha señalado que Spamhaus “ha abusado de su influencia” y que actualmente representa “la mayor amenaza para la libertad de internet”, pues según él la compañía “no tiene derecho a decidir qué se vale y qué no”.