No solamente la marihuana fue noticia este día, ya que la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), le suspendió a la empresa trasnacional Monsanto los permisos de siembra de soya transegénica en la Península de Yucatán, para ser más específicos, en la comunidad de Hopelchén, Campeche.

Originalmente estos permisos de siembra de soya transgénica le habían sido otorgados a Monsanto en el 2012 por la dirección general de Sanidad Vegetal del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa)

Tras una votación unánime se concluyó que dichos permisos son violatorios del derecho de consulta de los apicultores, es decir, no se realizó la consulta indígena libre, previa e informada, tal y como lo estipula la Constitución Mexicana. Si bien esta suspensión es provisional, el que la SCJN se haya decantado por estas comunidades mayas que promovieron sus amparos podría ser considerado todo un triunfo.

Aún así, los apicultores mayas señalan que deben ampliarse las garantías de dicho fallo y considerar también las implicaciones que la siembra de este tipo de productos tendría en el medio ambiente de la región, como el acelerar la deforestación de la considerada última selva del país.

De acuerdo a estas comunidades mayas, la pérdida de árboles hace que las abejas se desorienten. A esto debemos agregar que para la producción de soya transgénica se emplea Glifosfato, que es un herbicida calificado como probable cancerígeno, lo que pone en riesgo la producción de la miel local, negocio del que actualmente viven más de 15 mil familias mayas.

Ya veremos cómo termina todo esta asunto, pues el día de mañana tanto Monsanto como el Gobierno Federal (sí, aunque usted no lo crea) impugnarán el fallo de la SCJN.

Monsanto es una empresa multinacional dedicada a la biotecnología agrícola y a la producción de agroquímicos, que en palabras más simples, es la creación de semillas genéticamente modificadas que permiten tener cosechas más rentables.

Esta empresa es amada y odiada, por un lado sus cultivos son más resistentes a las plagas y representan una posibilidad para el combate al hambre mundial, además es catalogada como uno de los mejores sitios para trabajar según el ranking de Great Places to Work; aunque al mismo tiempo su modelo de patentes hace que los contratos con los campesinos sean poco igualitarios, además de ser considerada como una empresa maligna por varias organizaciones de protección al medio ambiente .

*** Vía Merca2.0, Sin Embargo

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