Aunque no es más enredado que Game of Thrones, ni son tan intrigosos como los Targaryen —espero—, la sucesión de la corona británica es un tema complejo que se ha discutido desde hace bastante tiempo. La longevidad de la reina Isabel II, que llegó al trono en 1952, había postergado esta plática, pero en este 2022 parece que las cosas están cambiando.
A sus 96 años, tanto la edad como el estado de salud de Chabelita han hecho que esta discusión sea prácticamente inminente.
Si en todo el mundo la discusión por los terrenos de la abuela se pone intensa, ahora imagínate que la abuela en cuestión nomás la reina Isabel II y la herencia en pleito es la corona del Reino Unido. En el momento que muera, ¿quién es el siguiente en el trono y a quién le tocará ver desde la banca del Palacio de Buckingham? Acá te lo contamos.
La sucesión en la corona británica
A diferencia de las películas medievales o de fantasía, la sucesión en la corona del Reino Unido no es nada más decisión de los reyes y sus primogénitos. También tiene un sistema de reglas parlamentarias que se han ido discutiendo desde hace más de 300 años, que la verdad están bastante organizaditas.
Entonces podemos irnos olvidando de la recreación del Rey León —protagonizada por Harry y por William— en las calles de Londres.
Nomás para darles una idea. De acuerdo con las leyes británicas del Act of Settlement que se aprobó en el año de 1701, existen algunas reglas para quiénes pueden acceder al trono.
Entre esas reglas —así como la práctica del Derecho Común en Inglaterra— se explica que la corona tiene que llegar exclusivamente a personas protestantes y que está explícitamente prohibido que llegue a alguien católico. También tienen que ser descendentes directos de Sofía de Hannover —nieta de James I, que llegó al trono desde 1603.
El Parlamento puede quitarle el título a un rey o reina si considera que no son aptos.
Originalmente se había planteado que los herederos solo fueran hombres, pero como se imaginan, esas reglas desaparecieron para dejar solo la de los primeros que nacen.
¿Quién sigue después de la reina Isabel II?
Entonces sí, volviendo a lo importante. Cuando muera la reina Isabel II, ¿quién sería la siguiente persona en ocupar la corona del Reino Unido? Según las reglas oficiales, el siguiente en la sucesión es su hijo Carlos, el Príncipe de Gales.
Un dato interesante sobre su cercanía al trono es que la reina Isabel, en 2022, le dio su bendición a Camila, la segunda esposa de Carlos —después de la muerte de Lady Diana— para que ella ocupara el puesto de Reina Consorte, así que sí van bastante bien colocados en el camino a la corona.
Después vienen las personas que normalmente tenemos presentes.
El segundo en la fila es William, el Duque de Cambridge. El hijo mayor de Carlos y Lady Di.
Después vienen, en orden de nacimiento, todos los hijos de William. El tercero en la fila es su hijo mayor George, la cuarta es su hija Charlotte y el quinto es el más pequeño, Louis.
El sexto en la fila es Harry, el Duque de Sussex y el hermano menor de William.
Siguiendo con los enredos de la sucesión de la corona británica después de la muerte de la reina Isabel II, en el séptimo y octavo puesto están dos chiquitines: los hijos de Harry con Meghan Markle. Primero es Archie Mountbatten-Windsor y después va su hermana pequeña —nacida en 2021—, que se llama Lilibet Mountbatten-Windsor.
En noveno puesto está el Duque de York, el príncipe Andrés, que es el tercer hijo de la reina Isabel y el hermano menor de Carlos. Ya saben, el que anda metido hasta el cogote en los problemas del Caso Epstein.
Finalmente en el décimo puesto está alguien que no es tan conocido —al menos no para quienes nunca abrimos el HOLA!— y es la Princesa Beatrice, que es la hija mayor del príncipe Andres. ¿Un dato curioso? Ella nació siendo la quinta heredera al trono y cada vez la van echando para atrás.
¿Las intrigas?
Una de las principales intrigas es qué pasara con el príncipe Carlos.
Siempre se ha platicado de la posibilidad de que abdique al trono y le ceda el lugar a su hijo mayor, William. Sin embargo eso nomás ha quedado en la duda pública. Al momento de la muerte de la reina Isabel, su hijo se convertirá inmediatamente en el Rey Carlos III de Inglaterra —un nombre desafortunado, considerando que al primero lo degollaron y al otro lo destronaron en una guerra civil.
Sin embargo, al momento de tener el título se reunirá un consejo privado para decidir el futuro de la corona y ahí sí, se van a armar las intrigas.
