Aunque al final (si es que el dólar no dice algo diferente), el aumento del salario mínimo será un poquito mayor a lo que en este trepidante 2016 ha tenido el dólar (cuestión de centavos), esperamos que los trabajadores no se vuelvan locos con las compras. Así que digamos que estamos tablas…
A partir del 1 de enero del próximo año, los empleados que perciben sólo un salario mínimo notarán que sus cheques tendrán una nueva y exuberante cifra, ¿la razón? un jugoso aumento al fruto de sus arduas horas de chamba. La Comisión de Salarios Mínimos (CONASAMI) ha determinado que podrán sortear las convulsiones económicas que se vienen con un incremento de 4 pesitos, quedando así en 80.04 pesos diarios.
Así es, un aumento equivalente al 3.9%, que tiene como objetivo “apoyar la recuperación, única y exclusivamente, de los trabajadores asalariados que perciben el salario mínimo general”.
No pues bien recuperados… casi igual que el peso frente al dólar que, en lo que va de este 2016, ha tenido una sacudida de más o menos 3.39.59, tomando en cuenta que en inicios de este año se colocaba en 17.3529 y ayer (según el Banxico) cerró en 20.7488. Fiuuu… qué bueno que no se hizo el anuncio el día que ganó Trump.
Como seguramente no aplauden, el presidente Enrique Peña Nieto se encargó de echarle porras a los de la CONASAMI, reconociéndoles el haber aprobado de forma unánime el incremento al salario mínimo por arriba de los 80 pesos… uhh sí, muy por arriba: 0.4 centavos.
Durante el mensaje que dio con motivo de sus 4 años al frente del país, el Ejecutivo destacó que esta es la primera vez en 40 años que se tiene una recuperación real del salario de trabajadores: es una gran noticia pasar de poco más de setenta pesos a más de ochenta en los minisalarios, dijo. Efectivamente, seguirán siendo eso: minisalarios.
En fin, para que sientan esa recuperación de la que habla el copetón, la CONASAMI pidió a la industria, el comercio y los servicios (y de paso a diosito, Trump y Superman) que no sean gachos y se mantengan los precios de los productos… pues qué les cuesta mantener la ilusión de que se tiene un cierto poder adquisitivo.
