Tras la serie de atentados que se vivieron en Sri Lanka el domingo pasado —en el que se registraron tres explosiones en dos iglesias católicas y una evangélica, cinco explosiones, una en un complejo residencial, un hostal y en tres hoteles— el número de personas fallecidas aumentó a 290, junto con 500 heridos.
Además, el gobierno de este país ubicado en Asia ha señalado al grupo yihadista local National Thowheeth Jama’ath (NTJ) como el orquestador de esta masacre en la ciudad de Colombo. Sin embargo, esto no es todo, pues la alerta máxima continúa. Este lunes, mientras la policía intentaba desactivar una bomba encontrada cerca de una iglesia en Colombo, se registró otra explosión.
Las piezas de los atentados
En conferencia de prensa, el portavoz del gobierno, Rajitha Senaratne, explicó que los atentados se llevaron a cabo mediante una red internacional de terroristas —es decir, sin la incidencia extranjera, las explosiones no hubieran tenido el impacto del domingo pasado y tampoco el alcance de las víctimas mortales—, por lo que si bien NTJ está en la mira de las autoridades, las investigaciones apuntan a otros grupos.
La alerta máxima
Como mencionamos, la alerta continúa en Sri Lanka. Además de la bomba que estalló en Colombo —en una detonación controlada por las autoridades para desactivar una bomba colocada en una furgoneta, al lado de una iglesia—, durante esta mañana, la policía ha encontrado alrededor de 87 detonadores en la estación principal de autobuses, en Colombo. Los rastros de bombas también han llegado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad.
Y mientras esto sucede, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha lanzado la alerta sobre grupos que pueden planear nuevos ataques en el país asiático. Ante este escenario, ¿cuál ha sido la respuesta del gobierno? El Consejo de Seguridad Nacional ya ordenó un segundo toque de queda en esta ciudad —de las 20:oo horas a las 04:00—, así como la restricción del acceso a redes sociales para evitar la difusión de noticias falsas o los mensajes de odio.
#BREAKING Blast as police try to defuse new bomb found near Colombo church: Sri Lanka police pic.twitter.com/iKvJE5IklV
— AFP news agency (@AFP) 22 de abril de 2019
O sea, la ciudad se ha blindado tanto en el espacio físico como digital, en una serie de restricciones en su comunicación. La notica de las explosiones impactó tanto a líderes mundiales como a la comunidad internacional. Se sabe que la mayoría de las víctimas son ciudadanos de Sri Lanka y otras 36 personas son extranjeras —entre ellas cuatro hijos del empresario multimillonario de Dinamarca, Anders Holch Povlsen.
#ULTIMAHORA La policía anuncia el hallazgo de 87 detonadores de bomba en una estación de autobuses de Colombo #AFP pic.twitter.com/oGZX7J0KbN
— Agence France-Presse (@AFPespanol) 22 de abril de 2019
Este aspecto tampoco ha sencillo para las autoridades de Sri Lanka, ya que la coordinación en el reconocimiento y entrega de los cuerpos sin vida ha sido compleja. De acuerdo con El País, las escenas de familiares que acuden al depósito de cadáveres en Colombo se repiten mientras el gobierno intenta dar salida a la emergencia.
Sólo para contextualizar, Sri Lanka se enfrenta a un conflicto étnico, pues en la región está compuesta por budistas, hindúes, musulmanes y cristianos.
🇱🇰 El gobierno de Sri Lanka decreta el estado de emergencia tras haber atribuido a un movimiento islamista local la autoría de la ola de atentados suicidas #AFP https://t.co/cQmVaaICB2 ✍ @poori_w y @HutchisonPeter pic.twitter.com/tNeVsCPxFt
— Agence France-Presse (@AFPespanol) 22 de abril de 2019