A lo largo y ancho de la mesa se colocaban las roscas de reyes, cada una con su respectiva etiqueta que indicaba la panadería de donde provino. Al reunir la primera docena de roscas, se hizo lo posible para juntar otras mesas pero la gente seguía llegando con dos o tres nuevas roscas encima.
Estos fueron algunos de los preparativos que se observaron antes de que se diera el corte que inauguraría la primera Gran Rosquiza del DF, o mejor dicho, la primera Gran Rosquiza del DF atestiguada y documentada por Sopitas.com. A diferencia de la rosca gigante del zócalo, el objetivo de esta rosquiza no consistía en romper alguna marca Guinness. Más bien fuimos convocados a este evento para asistir en la noble tarea de encontrar LA MEJOR rosca de reyes de la Ciudad de México. Con puño en el aire, no tuvimos que pensarlo dos veces para aceptar el reto.
Idea original de nuestros amigos de Dondecomere.net, el evento nos ponía ante el reto de catar el mayor número de roscas para determinar la mejor de todas. Cada rosca representaba a una panadería, repostería o centro comercial, la mayoría de las cuales fueron pre-seleccionadas por los participantes y una que otra agregada de último minuto. A final de cuentas se juntaron 23 roscas y dos galettes des rois (aunque este reportero podría jurar que fueron más…). Nuestro anfitrión fue el restaurant Romelia, un bar de tapas ubicado en Tabasco 99, colonia Roma. A ellos les agradecemos la cálida iluminación que se aprecia en las fotos y el Merlot.
Ahora bien ¿Qué es lo que buscamos en una rosca de reyes, aparte de un pequeño nazareno de plástico? Según nos explicaron, si queremos adoptar un criterio estrictamente purista, la rosca tradicional se hace con ralladura de naranja y esencia natural, así que más que nada teníamos que buscar ese sabor. Sin embargo, muchas de las roscas que teníamos delante de nosotros no parecían muy apegadas a eso de la tradición, ya que varías tenían un relleno de nata, fruta o chocolate. Lo mejor sería simplemente enfocarnos en buscar la que mejor despertaba nuestro gusto, siempre y cuando no cayéramos en la trampa de los saborizantes artificiales.
Estéticamente, la rosca se supone que representa la corona de un rey, así que el ate, los higos y las frutas secas simbolizan las joyas que adornan la corona, mientras que la escarchada le da su brillo. Por supuesto, todas las roscas deben esconder por lo menos un niño Jesús entre la masa azucarada. Las roscas francesas también contienen un monito, aunque éste tiene forma de rey y aquel afortunado que termina con él no tiene que pagar con tamales, sino todo lo contrario. Así como un rey de verdad, tú puedes reclamar premios y alhajas de los demás que no sacaron nada, por lo menos hasta el 2 de febrero cuando eres juzgado por abusar del pueblo y sentenciado a morir en la guillotina. O algo por el estilo. La verdad es que ya no estaba prestando atención a este punto porque en esos momentos ya estaban repartiendo los primeros pedazos de pan.
A continuación te presentamos en orden alfabético la lista de panaderías y reposterías que participaron en el “Reto Rosca”. Las negritas son las que alcancé a probar antes de tirar la toalla. O la servilleta, en este caso.
- Alcázar
- Alebrije
- Cachito Mio
- Caramel
- Cardenal
- Da Silva
- El Portón del Pan
- Fonda Garufa
- Ideal
- La tarta
- Le Caroz
- Maque
- Masa Madre
- Monjas Mixcoac
- Panmex
- Patisserie Dominique
- Patita La Vaca
- Sucre i Cacao
- Superama
- Trattoria della Casa Nuova
- Tulipanes
- Xoco
Curiosamente, sólo se apareció un monaguillo entre los quince pedazos que pasaron por la prueba. ¿Será buen presagio?
De inmediato se descartaron aquellas roscas que no tenían nada que ofrecer; lucían muy bien, resplandecían tanto que casi brillaban en la oscuridad, pero estaban tan secas como un bolillo. Alguna otra simplemente estaba cubierta de mantequilla y colorantes. Las roscas que no parecían roscas naturalmente fueron las que llamaron más la atención de los comensales y por consecuencia las que más rápido se esfumaron de la vista. Por ejemplo, la de Fonda Garufa que sabía a concha de vainilla o la de Dominique que parecía un pay de manzana que se coló en una fiesta de roscas.
Por otro lado, las mejores roscas fueron aquellas que escondían sorpresas aparte de lo obvio. La del Portón del Pan tenía rastros de anís, otras estaban rellenas de frutas con algo de jalea o nueces. Las que encontraron el mayor gusto de los comensales fueron aquellos panes airosos que lograban un balance entre lo dulce y los sabores de las “joyas” que cumplían otra función aparte de adornar, como las rebanadas que se probaron de Caramel, Da Silva y Maque.
¡Pero ya! Suficientes rodeos ¿Cuál fue la ganadora indiscutible de este choque de monarcas? En realidad no fue una decisión unánime, ya que cada quien tenía un primer lugar distinto. Unos se inclinaban por Sucre, otros por El Cardenal, pero sorpresa, sorpresa, a nombre de Sopitas.com y todo lo que representa, mi listón azul se fue con la rosca de una humilde panadería operada por las monjas de Mixcoac. Las monjas dominicas lograron meter todos los ingredientes en la receta tradicional para salir con la rosca de reyes paradigmática. Hasta el rallado de naranja estaba presente. Aunque no era la rosca más bonita del pelotón, su sabor estaba muy por encima de las demás.
F&T: ST
