Lo sabemos, la vida muchas veces no es como quisiéramos. Estamos en plena ‘semana mayor’ y mientras la mayoría de tus cuates y familiares están en la playa derrochando hueva, a ti te tocó trabajar y quedarte en la ciudad. Si la idea de calles vacías y poca gente en el DF de plano no te seduce, y lo que quieres es salir a ‘orearte’ aunque sea unas horas y respirar otros aires, te traemos nuestra única y exclusiva…

¡¡¡Sopi-guía para quienes se decidieron a vacacionar de último minuto!!!

Así es, te pasamos una lista de destinos para los que no necesitas recorrer grandes distancias, ni gastar mucho dinero. Puedes ir y venir en un día, o si prefieres pasar la noche por allá. Aquí nuestras opciones:

Tepoztlán

Bueno, bonito y barato. Siempre cumplidor. Ya sea que vayas con tus amigos ‘los borrachos’, en onda familiar, o en plan romántico-jariosón con la susodicha(o), Tepoztlán es el destino cumplidor por excelencia. Ubicado a sólo 54 kilómetros de la Ciudad de México, para llegar a Tepoztlán debes tomar la autopista México-Cuernavaca y al pasar el entronque de La Pera seguir por la carretera 115.

Vas y vienes el mismo día, y si lo planeas para viernes o sábado, evitas el tráfico de quienes salen el jueves y regresan el domingo.

Te recomendamos salir en las primeras horas de la mañana ‘pa’ que te rinda el día’. Desayuna una garnachas en los puestos de fritangas de Tres Marías, sirve que agarras energías para que una vez en ‘Tepoz’, te animes y subas por el mítico cerro del Tepozteco (no se necesita de una gran condición física para lograrlo). La vista en la cima es una maravilla. Al bajar prémiate en el mercadito de comida del pueblo. Los restaurantes típicos también tienen comida muy rica y a precios accesibles. Para cerrar con broche de oro, degusta un delicioso y tradicional postre en las Tepoznieves, o un mezcalito. Eso sí, no dejes de llevar a un conductor designado.

Huasca de Ocampo

Un plan que no tiene desperdicio es el de lanzarse a conocer el pueblo mágico de Huasca de Ocampo, en el estado de Hidalgo. Llegar es fácil. Lo primero es dirigirse a la ciudad de Pachuca (en la autopista pueden pararse en alguno de los puestos de barbacoa). Una vez en la ‘Bella Airosa’ debes tomar la carretera federal 105, después de pasar Omitlán de Juárez, sube por el Corredor Turístico de la Montaña y listo. En el trayecto puedes disfrutar los paisajes montañosos y boscosos de esta carretera.

Te recomendamos que primero te dirijas hasta los Prismas Basálticos, a unos 38 kilómetros de Pachuca. Ahí puedes admirar unas imponentes columnas geométricas de basalto. En ese mismo espacio podrás practicar la tirolesa, montar a caballo o hasta nadar en las albercas. Para terminar de hacer hambre, puedes dirigirte al pueblo de Huasca de Ocampo y caminar por sus apacibles calles. Puedes comer en el mismo pueblo y después continuar descubriendo los alrededores de Huasca, en donde hay varias haciendas muy bien conservadas. También existen varias presas y depósitos acuíferos que son usados como criaderos de peses. ¿Una trucha pa’ comer?

Mención aparte merece el Parque Nacional El Chico, que cuenta con áreas de acampar, albergue alpino y hectáreas pobladas por densos arboles boscosos. Ve abrigado pues por las tardes refresca. Como ves, hay un sinfín de posibilidades en solo unos kilómetros a la redonda.

Real del Monte

La ruta es la misma que para llegar a Huasca de Ocampo. De hecho, estos dos pueblos son vecinos. Sin embargo, conocer cada uno de ellos requiere su tiempo, por eso los pusimos como destinos separados. Aunque si ya andas por allá, puedes aprovechar y pasar la noche en uno de los hoteles, posadas y haciendas del lugar, o incluso quedarte en Pachuca.

¿Cuál es el encanto de Real del Monte? Simplemente estar ahí y sentirse en un país alpino. Todo un deleite visual. Los techos rojos de todas las viviendas, sus calles que suben y bajan y que le regalan al caminante un paisaje nuevo en cada esquina. Real del Monte se ubica en una de las zonas más altas del país, y eso se refleja en el aire frío que a menudo sopla por este pueblo de origen minero.

Te recomendamos ampliamente dirigirte al Museo de Sitio Mina de Acosta, en donde podrás conocer un poco más del pasado minero de Real del Monte y de paso, vivir la experiencia de estar en el interior de una mina. Después de comer, pero antes de que caiga el sol, el sopi-tip es que preguntes por el panteón inglés y te dirijas a ese sitio surrealista. Basta decir que en este cementerio todas las tumbas (de más de un siglo de antigüedad) están orientadas hacia Inglaterra, menos una… ¿por qué? Pregúntale al velador del lugar, la historia te sorprenderá.

Finalmente, no te olvides de llevar unos ricos pastes para que regales a tu regreso. ¡Siempre son bienvenidos!

 

Taxco

Y si tienes ganas de ir un poco más lejos, acá nuestra primera opción para los que quieres un poco más de aventura: Taxco.

La procesión del silencio en Taxco tal vez sea el espectaculo religioso más impresionante de México. Año con año, alrededor de las nueve de la noche, cientos de fieles recorren los laberinticos callejones de la ciudad flagelandose entre el rumor de las oraciones y las cadenas de los flagelantes.

Si no sufres del corazón Taxco es un buen lugar para pasar el fin de semana santo. Sí, si te recomendamos mejor que vayas el sábado.

Situada sobre una cadena de cerros, Taxco tiene el trazo clásico de una ciudad minera. La iglesia de Santa Prisca, en el centro de la ciudad, es “el” lugar para visitar por su arquitectura barroca y más de 200 años de historia. Cerca de Santa Prisca, camina sobre la calle de San Agustín, en donde podrás encontrar algunas de las mejores joyerías del país y echate un taco de jumiles en alguno de los restaurantes de la Plaza Borda y espera a que caiga la noche. Ora’ sí, lo mejor del viaje en el famosisimo bar Berta, pidete un “Berta” y préparate para la mejor borrachera de tu vida.

Te recomendamos alojarte en alguno de los hoteles del centro, pa’ que puedas llegar caminando, o arrastrandote en su defecto, pero llegar, sano y salvo.

¿Cómo llegar? Aquí compra tu boleto.

¿Dónde hospedarte? Aquí checa los hoteles.

¿Qué más hacer? Aquí las opciones.

 

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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