Hace varios años, cuando Albert Hammond Jr. llegó a México para presentar su primer álbum solista (Yours to Keep), me quedé con las ganas de ir al José Cuervo Salón para verlo en vivo… hoy, después de haber visto su presentación en El Plaza Condesa, no estoy seguro de qué es lo que siento, pero definitivamente puedo decir que sé que me hizo falta “algo” más.
Tal vez fue por los problemas con el sonido o por lo corto que se sintió el show, pero no estoy tan satisfecho como pensé que iba a terminar. Después de varias semanas ocupadas con infinidad de conciertos, sin lugar a dudas uno de los que más me emocionaba era el del guitarrista de los Strokes, quien regresó a México para promocionar su nuevo EP, AHJ. Lamentablemente, la emoción del show de Albert se empezó a perder desde muy temprano, cuando llegabas a El Plaza y se veían afuera más revendedores que fans.
Con un ligero retraso de 15 minutos, los muchachos de Rey Pila salieron al escenario para empezar a calentar a la poca gente reunida dentro del recinto de la Condesa.
Con temas como “Alexander” y “Order Police”, la banda logró llamar la atención de la gente que disfrutaba de poder comprar bebidas en la barra sin hacer fila y de acercarse bastante al escenario sin necesidad de morir aplastado.
Mientras El Plaza se iba llenando poco a poco con jóvenes de veintitantos años, la banda mexicana seguía dando lo mejor de sí con rolas como “The Lost Art of Crashing Cars” y “No Longer Fun”, las cuales ya hacían que muchos de los asistentes comenzaran a cantar y a moverse.
Como fanático desde hace muuuuchos años de los Strokes y los proyectos solistas de sus integrantes, el sólo hecho de pensar en por fin ver a Albert y su banda en un escenario era emocionantes, sobre todo por su nuevo EP, el cual me fascinó desde el primer momento que lo escuché.
Para las 21:15 horas, tras una enérgica presentación de Rey Pila y mientras más gente iba llegando al recinto, el cual era adornado por dentro con unas tenues luces azules, los gritos del público dieron la bienvenida al escenario a Albert Hammond Jr. y su banda.
Desde el inicio del show se podía ver cómo varios integrantes del grupo volteaban constantemente a un lado del escenario para hacer señas al staff para que arreglaran algunos problemas de volumen y técnicos, pero todo esto pareció no importarle a la gente, la cual cantaba a todo pulmón canciones como “Holiday”, “Everyone Gets a Star” y “Carnal Cruise”.
A pesar de tener algunos problemas en el sonido, Albert lograba que toda la gente se enfocara en su carisma y en sus peculiares pasos de baile y movimientos que demostraban su emoción de volver a México, además de ganarse gritos de “¡Te amo, Albert!” cuando intentaba hablar más de dos palabras en español.
Algo que en lo personal fue un poco triste en el show fue el hecho de por fin poder escuchar en vivo grandes rolas de las primeras producciones de solista de Albert y que detalles como el ligero destiempo de uno de los guitarristas y un ocasional mal tono arruinaran un poco el momento… ¡sólo un poco!
Afortunadamente, a la mitad del concierto, cuando Albert se preparaba para tocar “Back to the 101”, “Scared” y “Hard to Live in the City”, el sonido del grupo mejoró drásticamente y se pudo disfrutar de una presentación mucho más acorde con el estilo de alguien de la talla de Hammond Jr.
Además del carisma del músico neoyorquino, otro punto que salvó el concierto fue el hecho de ver a verdaderos fans reunidos en El Plaza. Gente que se sabía todas las canciones, incluyendo los maravillosos covers de “Postal Blowfish” (de Guided by Voices) y “Last Caress” (de Misfits) y que realmente apreciaba lo que estaba viendo en vivo en ese momento.
Después de la locura de escuchar “In Transit” y “St. Justice”, todos los músicos menos Albert abandonaron el escenario, llegando así a un bello momento íntimo que el guitarrista nos regaló con las interpretaciones de “Blue Skies” y “Call an Ambulance”.
Tras despedirse de sus fans, Albert dejó el escenario y todos nos quedamos con cara de sorpresa gracias a que las luces del recinto se encendieron y parecía que todo había acabado, pero unos cuantos segundos después, mientras muchos todavía gritábamos “¡otras, otra, otra, otraaaaa!”, todo se oscureció y la banda volvió a tomar sus lugares para interpretar “The Boss Americana” y, ahora sí, despedirse de todos.
No fue un mal concierto (con todo y los detalles no estuvo ni remotamente cerca de serlo) , pues el simple hecho de ver a Albert en vivo fue maravilloso, pero, tras varios años de no venir a México y con mucho más material que cuando vino por primera vez en 2007… ¿realmente es suficiente un show de poco (muy poco) más de una hora?
Ni siquiera eran las 22:30 horas y ya muchos estábamos caminando por la calle viendo como algunos compraban playera de The Strokes y pensando: sólo queríamos un poco más… más canciones, más atención a algunos detallitos técnicos… sólo un poco más.
De todas maneras, esperamos a que regreses muy pronto Albert para ofrecer otro show.
Reseña por: Rubén Partida (@RubenNSons)
Fotos por: Diego Figueroa (@halofive)
**ACTUALIZACIÓN:
– Albert tomó su Twitter para prometernos que en su siguiente visita tocará por más tiempo:
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