Aunque el conflicto entre Rusia y Ucrania había dejado de ocupar los titulares mundiales en las últimas semanas, los terrores de la guerra no se detuvieron. Ahora, un horrible video filtrado ha provocado un —comprensible— escándalo internacional, acompañado de acusaciones de tortura, violencia extrema y crímenes de guerra.
En el centro del problema se encuentra un soldado ruso anónimo, un sombrero negro y las imágenes que circulan en internet.
¿Aviso comunitario? La mera verdad es que el video está de la fregada, no hay otra manera de decirlo. Nuestra recomendación es que no lo vean, pero acá les contamos está escalofriante historia del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Video de tortura en Ucrania
El horrible video que circula en internet y que ha provocado un escándalo muestra escenas terribles.
No lo vamos a compartir —ni siquiera el link—, pero se trata, en realidad, de dos videos distintos. En el primero se observa a un posible soldado de Rusia cortándole los testículos a un prisionero de Ucrania con un cutter. En el segundo video vimos cómo amarran al prisionero y le disparan a sangra fría.
El video comenzó a circular en lugares medio oscuros de internet, pero llegó a los grandes medios porque Inna Sovsun, una parlamentaria de Ucrania lo compartió en su cuenta de Twitter.
Las imágenes de la tortura con un cutter son tan gachas que las borraron de la plataforma.
El sitio BellingCat —dedicado al periodismo de investigación, específicamente a la verificación de contenido digital— confirmó que todas las escenas que aparecen en el video, incluso cuando le cortan los testículos, aparentan ser genuinas. No tienen señales de haber sido manipuladas y revelaron que el mismo soldado aparece en otras escenas de los campamentos de guerra en Ucrania.
Buscan al soldado de Rusia
La historia se sigue poniendo escabrosa debido al protagonista del video.
El aparente soldado ruso, vestido particularmente con un sombrero negro, ha comenzado a ser viral en todo el mundo. El horrible video filtrado ha provocado una especie de “cacería virtual” en la que reporteros e investigadores internacionales intentan identificarlo. Hay un chorro de teorías.
En BellingCat encontraron al soldado del sombrero negro en una transmisión de la televisión estatal de Rusia.
Aunque no dicen su nombre, lo identifican como uno de los militares de Rusia que se encuentra luchando en la planta química de Azot, en la zona de Lugansk, una de las dos provincias al este de Ucrania; el corazón del conflicto actual. Identifican al soldado como parte del conocido batallón Akhmat.
Otros sitios han tratado de identificar al soldado del sombrero negro como un mercenario de Chechenia o como un militar originario de Kalmukia, pero no existen versiones comprobadas.
Aquí vale la pena hacer un paréntesis. Algunos medios de Ucrania —incluso políticos de alto renombre— han compartido fotos, nombres y hasta direcciones del posible soldado, pero eso presenta un detalle complicado. Después de todo, acusar a alguien en internet de crímenes de guerra, no son enchiladas.
La investigación sigue avanzando, pero la búsqueda por el soldado del sombrero negro está convirtiéndose en un momento crítico en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Rusia acusa a Ucrania por bombardeo
En medio del escándalo por el video filtrado de la tortura y el soldado del sombrero negro, otra historia delicada se está desarrollando.
En pocas palabras, Rusia acusó a Ucrania de pésima puntería. De acuerdo con Moscú, los soldados ucranianos lanzaron un misil estadounidense a la zona de Donetsk pero no atacaron ninguna base militar. En lugar de eso le dieron a un centro de detención donde había prisioneros de guerra. Según las estimaciones actuales, al menos 40 personas fallecieron.
Rusia confirmó que al menos otras 75 personas resultaron heridas mientras Kiev asegura que ellos no dispararon.
Qué momentos, ¿no? La guerra entre Rusia y Ucrania parecía —o queríamos creer— que se había calmado un poco. El mundo comenzaba a voltear a otro lado cuando los conflictos armados escalaron a niveles insospechados: bombardeos, tortura y crímenes de guerra. Todo, captado en las cámaras de celular. Ouch.
