Lo que necesitas saber:

Cuando pasamos por una ruptura o duelo decimos que tenemos el corazón roto. Pero en realidad sí existe un síndrome del corazón roto y es peligroso.

A través de los años se han relatado cientos de historias de personas que mueren por tener el corazón roto tras una decepción amorosa o el abandono del ser amado. Pero, ¿sí se puede morir por tener el corazón roto?

Aunque suene muy poético, la realidad es que se trata de un shock emocional similar a la muerte de un ser querido. Una ruptura amorosa sí puede provocar un corazón roto…

El síndrome del corazón roto sí existe. Acá te explicamos.
Síndrome de corazón roto/ Foto: El ucabista

Tener el corazón roto

Iztaccíhuatl era una princesa que por el destino, se enamoró de Popocatépetl, uno de los guerreros que luchaban junto a su padre. La leyenda cuenta que si el guerrero regresaba victorioso de una batalla, le entregaría la mano de su hija. 

Por un error, la princesa recibió la noticia de que Popocatépetl había muerto, por lo que quedó con el corazón roto, tanto, que murió. Cuando el guerrero regresó y descubrió la muerte de su amada, tomó su cuerpo y lo llevó al monte donde los dioses los convirtieron en volcanes. 

Y así como esta leyenda mexica, existen un sinfín de historias con personajes que murieron por un corazón roto tras la ausencia del ser amado.

La leyenda de los volcanes.
Foto: Passeando por México

Entonces, la pregunta es la siguiente: ¿qué significa tener el corazón roto?, ¿se puede morir de eso?, ¿se relaciona con una decepción amorosa? Ahora que estamos en la semana del amor y la amistad, vamos a clavarnos en responder las dudas.

Si bien tener el corazón roto se ha tomado como una metáfora de dolor por una ruptura amorosa o traición, la pérdida de un ser querido, etcétera, la realidad es que detrás de todo lo romántico, hay una afección física en el corazón que, según dicen, se siente como un infarto.

Miocardiopatía de Takotsubo

Tener el corazón roto en realidad es un síndrome que se llama miocardiopatía de Takotsubo, síndrome de balón apical o miocardiopatía por estrés. 

Fue descrita por primera vez en 1990 por Hiraku Soto en Jasón. El nombre deriva de una trampa para pulpos que se utiliza en este país. Se trata de una maceta que tiene un cuello estrecho y una base ancha que permite que los pulpos puedan entrar pero no salir. 

La trampa para pulpos usada por mucho tiempo en Japón
Así se ve una trampa para pulpos/ Foto: eBay

¿Y esto qué tiene que ver con el corazón? En los pacientes que padecen de la miocardiopatía de Takotsubo, el ventrículo izquierdo del corazón se abomba y tiene una apariencia similar a la forma de la trampa para pulpos, revelándose con un estudio llamado ventriculograma cardíaco.

Es por eso que se llama miocardiopatía de Takotsubo
La comparación de un corazón normal/ Foto: Royal Brompton & Harefield Hospitals Specialist Care

Por allá de 1986 se publicó en el New England Journal of Medicine un estudio de caso bastante interesante: un paciente describió un dolor en el pecho (similar a un infarto) después de haber pasado por un estrés emocional severo. Se cree que este es el primer informe de la miocardiopatía registrado fuera de Japón. 

Y todavía más interesante, la semana después del terremoto de Niigata Chuetsu en Japón (ocurrido en octubre de 2004 con una magnitud de 6.6) el número de casos diagnosticados de este síndrome fue igual a los diagnosticados durante los últimos 10 años anteriores. 

Si bien el síndrome se detectó hace varios años, las causas físicas y químicas que lo provocan todavía no están tan claras, además de que no se han llevado a cabo ensayos controlados para determinar el mejor tratamiento. 

Síndrome de corazón roto

En 2020 se publicó un artículo con una revisión de lo que se sabe sobre este síndrome del corazón roto en la Revista de la Academia Estadounidense de Asistentes Méxicos.

Un diagrama del corazón humano.
Un diagrama del corazón humano/ Foto: El Confidencial

En este texto se explica que el síndrome de corazón roto (acuérdense que es la miocardiopatía de Takotsubo) se produce luego de un estrés intenso que deriva en una distensión del ventrículo izquierdo del corazón.

Esto ocurre entre 75 y 80 por ciento de los pacientes diagnosticados. Y en 10 y 20 por ciento de los pacientes se abomba el medioventricular. Todo esto provoca una serie de cambios que resultan en una insuficiencia cardiaca sistólica aguda, es decir, que el corazón no bombea sangre de manera eficiente y no se contrae como debe entre latidos.

Lo que se sabe es que tanto el estrés físico como el emocional, pueden desencadenar este síndrome. Entre las causas físicas más comunes se han identificado la cirugía y una insuficiente respiratoria aguda. Entre las causas emocionales más comunes están la muerte de un ser querido (o así creerlo), conflictos en relaciones, miedo, ira y ansiedad. 

Emociones fuertes

Va de nuez: aún no se sabe a ciencia cierta cuál es el proceso que desencadena el síndrome de corazón roto pero hay varias teorías.

Se cree que cuando una persona está pasando por un momento de estrés, se libera epinefrina y la norepinefrina, hormonas que se vierten al torrente sanguíneo y se producen en las glándulas suprarrenales actuando como neurotransmisores en el Sistema Nervioso Central. Preparan al cuerpo para la actividad física (huir, correr, etcétera).

Estas hormonas podrían contribuir a que el ventrículo izquierdo del corazón se “infle”, provocando un aumento de carga para el corazón que termina por afectar de manera reversible (casi siempre).

El síndrome del corazón roto sí existe.
Foto: Saludsa Blog

Síntomas del corazón roto

Pero como mencionamos anteriormente, hay huecos en las teorías porque no todas las personas con estrés terminan con síndrome del corazón roto.

Entonces, ¿cuáles son los síntomas del síndrome del corazón roto? Se parecen mucho a los de un infarto, por lo que suelen confundirse:

  • Dolor en el pecho
  • Dificultad respiratoria 
  • Mareos 
  • Debilidad generalizada 
  • Desmayo súbito 
  • Taquicardia 
  • Bajada de la presión 
  • Distensión de la vena regular 

Se sabe que en los pacientes con síntomas, se identifica un evento estresante con mayor frecuencia entre 1 y 5 días antes de los síntomas. 

Si bien los pacientes con casos leves no necesiten de ninguna intervención y sólo requieran de atención hospitalaria con servicios de cardiología, en los casos graves pueden requerir soporte mecánico de ventrículo izquierdo y tratamientos más complicados.

Y aunque suena terrible y trágico, el pronóstico del síndrome del corazón roto en general es… bueno. Alrededor de 95 por ciento de los pacientes recuperan la función cardiaca completa tras algunas semanas.

Eso sí, los hombres tienen menos probabilidades de sufrir de corazón roto que las mujeres. ¡¿Por qué?! Por el papel del estrógeno (sobre todo en mujeres ancianas o posmenopáusicas). Pero los hombres tienen mayor probabilidad de morir por ello.

El síndrome del corazón roto existe y te explicamos qué es.
Foto: Clínica San Pablo

Si bien sólo 2 por ciento de los pacientes sospechosos de síndrome de corazón roto reciben diagnóstico con esta miocardiopatía, es bien importante que los médicos lo tengan presente. 

Y ya que conocemos la información que existe sobre este síndrome, todo cobra sentido. La persona que de pronto se queda sin un ser querido y experimenta un estrés tan intenso, podría tener síntomas como el de un infarto que, en algunos casos, podrían llevarlo a la muerte.

Ahora bien. A esto hay que agregarle todos los síntomas derivados de un shock emocional fuerte que podrían desencadenar depresión severa.

¿Qué pasa en nuestro cuerpo cuando nos enfrentamos a un shock?

Si bien ya mencionamos que el síndrome del corazón roto se desencadena por un evento de estrés emocional o físico, vale la pena saber qué es lo que pasa en el cerebro y en el cuerpo a nivel químico cuando, por ejemplo, nos enamoramos y desenamoramos.

Usamos este ejemplo porque a veces cuando se habla de que “Fulanita murió con el corazón roto” o “Menganito murió de pena”, la literatura y música hacen referencia a un rompimiento amoroso.

Por acá ya les contábamos lo que pasa cuando nos enamoramos: de las mariposas en el estómago y el amor.

Esto es lo que pasa en el cerebro cuando nos enamoramos.
Ay, el amor, el amor/ Foto: Especial

A grandes rasgos, cuando los amantes se sienten enamorados, liberan altos niveles de oxitocina y dopamina, hormonas que activan un circuito de recompensa que nos hace sentir bien, eufóricos. Algunos afirman que es similar a una droga por el efecto que nos provoca.

El cortisol y la depresión

Pero cuando hay una ruptura y el ser amado ya no está, las hormonas del amor y de la felicidad pasan a segundo plano y dan paso al cortisol, una hormona que surge como respuesta al estrés. Y no, no se siente padre. 

Si la ruptura, pérdida de un ser querido o cualquier tipo de duelo no es atendido de la manera correcta (con las herramientas para eventualmente superarlo), puede aparecer un cuadro depresivo grave.

Si bien la depresión es un trastorno mental un tanto común, cuando es grave podría tener consecuencias en las que incluso se hable de muerte por suicidio, inanición, anemia y otro tipo de padecimientos autoinmunes.

Un cuadro de depresión mayor.
Foto: Top Doctors

La muerte por amor

Romeo y Julieta, al separarse y enterarse de la muerte del ser amado, se suicidan por amor. En la película de Titanic, Jack entiende que los dos no sobrevivirán sobre la tabla de madera y se sacrifica por amor por Rose Wilson.

Y como estos, hay mil y un ejemplos de historias, mitos, canciones, leyendas, series y películas que hablan de la muerte por amor o por pena. Ahora sabemos que sí puede suceder de manera física por una afección al corazón y que también puede suceder por un cuadro de depresión mayor. No, no todo es poético.

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Yo soy Gabriela Espinosa, pero díganme Gaby, si no siento que me regañan. Trabajo como reportera y redactora en Sopitas.com desde 2018 y desde entonces me enfoqué, en su mayoría, en hard news. En diciembre...

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