Este domingo 9 de noviembre será recordado por los españoles para siempre. Frente a las declaraciones de Mariano Rajoy (jefe de gobierno del país) en las que advertía que una consulta sin su consentimiento sería considerada un acto ilegal con consecuencias, la Generalitat (del gobierno central de Cataluña) llevó a cabo un histórico referéndum no oficial de resultados arrasadores: el 80.76% de los votantes quiere que Cataluña sea un estado independiente.
Según los datos ofrecidos por la propia Generalitat y observadores externos, un 10.07% de los votantes quieren un Estado soberano, pero no independiente. Sólo un 4,54% de lo votantes dijeron no a ambas cosas.
Boleta utilizada durante el referéndum
El presidente del gobierno catalán, Artur Mas, calificó la convocatoria de “éxito total”. Se trata, al menos, de un golpe de frente a las decisiones del gobierno español, que ha buscado por todos los medios bloquear todas las aspiraciones independentistas del Cataluña. Para muchos, las decisiones de Rajoy, que evidencian cada vez más impotencia, comienzan a ser contraproducentes para el propio gobierno español. La exhibición de su impotencia y los oídos sordos a la voluntad catalana comienzan a costarle caro tanto al interior como al exterior del país.
El 11 de septiembre, día nacional catalán, 1.8 millones de personas salieron a las calles de Barcelona para exigir la aplicación de la consulta.
Durante la jornada del domingo, los opositores de la consulta, encabezados por las principales fuerzas políticas que históricamente han pelado el gobierno en Madrid, pidieron en varias ocasiones que las autoridades judiciales hicieran algo para impedir un referéndum ilegal. El partido Unión, Progreso y Democracia, una alternativa pequeña a los grandes PSOE y PP, levantó denuncias contra los organizadores y contra el consejo del interior por no impedir “la comisión del delito de desobediencia”.
No obstante, los propios jueces y fiscales se negaron a interrumpir el proceso de votación. Al gobierno español se limitó a afirmar que mientras se desarrollaba el proceso, los responsables serías buscados e investigados para determinar los delitos cometidos.
Artur Mas, titular del gobierno catalán y principal impulsor del referéndum
No tendrán que buscar demasiado lejos: el propio Artur Mas se ha identificado como el organizador del proceso y está dispuesto a defenderlo en cualquier tribunal. Las autoridades advirtieron que en efecto, él y los demás responsables serán citados.
Bajo cualquier legislatura, la voluntad catalana es clara. Por el momento, los organismos internacionales se han abstenido, aunque han recomendado al gobierno español prudencia para no perder en la competencia diplomática y de imagen hacia el extranjero en contra de una Cataluña que ha resultado más organizada de lo esperado.
Vía: El País
