Cuando llegamos a la edad en que nuestros dientes comienzan a caerse, acudir al dentista es de lo más común y terrible que puede pasarnos, nos torturan con ese ruidito del taladro y demás artefáctos que son muy raros para nosotros.
Pero al parecer un padre no quiso hacer sufrir a su hija y se le ocurrió una mejor idea para despojarla del diente de leche que estaba a punto de caer. No utilizó unas pinzas, mucho menos lo hizo con sus propias manos, sino que recurrió a la astucia de su hijo con el bat y a un hilo.
Como si se tratara de una broma, el padre amarra el diente de un extremo y la pelota del otro, para que al momento del batazo éste saliera disparado. Cabe mencionar que el niño no es el mejor bateador del mundo pero logro su cometido.
¿Qué prefieren. este método o seguir con su dentista habitual?